Las fuertes lluvias, registradas desde la semana pasada, han golpeado a Brasil dejando un saldo de al menos 29 fallecidos; incluidos menores, y 7 personas que permanecen desaparecidas en el estado de Sao Paulo.
Tras los desprendimientos de tierra e inundaciones, más de 660 familias tuvieron que ser evacuadas, de acuerdo con Defensa Civil. Además, ha señalado que la alerta sigue vigente, debido a que los pronósticos de lluvia se mantienen.
Las ciudades más golpeadas por los estragos fueron Franco da Rocha, Francisco Morato, Aruja y Embu das Artes, las cuales quedaron incomunicadas porque las precipitaciones cortaron el acceso de carreteras, ocasionaron el desborde de ríos, inundaciones y deslizamientos.
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Según explicó a la prensa, Alessandro Lima, coordinador de los bomberos, quienes se encuentran en las labores de rescate, las cantidades de acumulación de lluvia, fueron mucho más altas que las registradas en los últimos años.
Asentamientos en zonas de peligro En temporadas de lluvias, los asentamientos ubicados en zonas altas de Brasil, son el punto céntrico de los deslizamientos de tierra en muchas ciudades, y es un problema que todos los años se vuelve una pesadilla para millones de brasileños.
La mayor parte de las víctimas mortales, en tiempos de tormentas, se registran en lugares de viviendas construidas de manera precaria en las laderas de Colinas de Franco da Rocha, la localidad más afectada, hasta el momento, por un deslizamiento de tierra que devastó varias casas y murieron 13 personas.
¿Falta de visión de los afectados?
Durante una visita del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a las zonas abatidas, el martes pasado, con miembros de su gabinete y tras sostener una reunión con los respectivos alcaldes de las localidades, señaló que a los afectados les “faltó visión de futuro”, en referencia a los millones de viviendas construidas de manera irregular, no solo en Sao Paulo, sino en todo Brasil y donde las lluvias causan serios estragos.