Autoridades de la Federación Rusa han informado las causas de la rebelión del jefe del grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, efectuada el viernes 23 de junio del corriente año, y que fue aprovechada por occidente para demostrar una supuesta “pérdida de control” por parte del gobierno de Vladímir Putin de la situación en Ucrania.
«Unos días antes del intento de motín, desde el Ministerio de Defensa anunciaron que todas las formaciones que realizan misiones de combate debían firmar un contrato con el organismo castrense. Y todos empezaron a aplicar esta decisión, una decisión absolutamente correcta. Todos menos el señor Prigozhin. Entonces se le informó de que, en tal caso, el Grupo Wagner no participaría en la operación militar especial», declaró Andréi Kartapólov, Presidente del Comité de Defensa de la Duma de Rusia.
Desde hacía meses, Evgueni Prigozhin, había lanzado varios ataques a través de redes sociales contra altos dirigentes militares rusos, específicamente contra el Ministro de Defensa Serguéi Shoigú y el general Valeri Guerásimov, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia.
Prigozhin acusó directamente a estos dos funcionarios de privar a sus combatientes de municiones y armamento, lo cual habría causado bajas al grupo Wagner en el frente de batalla. Días más tarde, había acusó al Ejército ruso de atacar los campamentos de Wagner, información que fue desmentida por el Ministerio de Defensa.
Inmediatamente, Prigozhin organizó una caravana armada hasta la ciudad de Rostov del Don, anunciando que esta se dirigiría después a Moscú, con amenazas directas al Ministerio de Defensa ruso. A su paso, el grupo Wagner derribó 7 aeronaves militares de la fuerza aérea rusa, causando al menos 13 bajas. Dichas acciones fueron calificadas como traición y motín armado.
«Debo subrayar que desde el comienzo mismo de los acontecimientos se tomaron con rapidez todas las decisiones necesarias para neutralizar la amenaza, proteger el orden constitucional, la vida y la seguridad de nuestros ciudadanos», afirmó Vladímir Putin durante una intervención televisada.
«Una insurrección armada habría sido aplastada en cualquier caso… emprendieron… una acción criminal para dividir y debilitar al país, que ahora se enfrenta a una enorme amenaza externa, a una presión sin precedentes desde el exterior. Cuando en el frente con las palabras ‘¡Ni un paso atrás!’ están muriendo nuestros camaradas», agregó Putin.
Por instrucciones del presidente Vladímir Putin, el mandatario bielorruso, Alexander Lukashenko, desempeñó un papel mediador entre las autoridades de Rusia y Prigozhin, ofreciendo asilo a este último en Bielorrusia, así como a los soldados de Wagner que desearan retirarse a ese país. Por otra parte, soldados del grupo Wagner que no hubiesen participado en la rebelión firmarían un contrato con el Ministerio de Defensa de Rusia para formar parte del ejército u otros organismos de seguridad.
«Doy las gracias a los soldados y comandantes del Grupo Wagner que tomaron la única decisión correcta: no conducir al derramamiento de sangre fratricida, detenerse en la última línea. Hoy tienen la oportunidad de seguir sirviendo a Rusia, firmando un contrato con el Ministerio de Defensa u otros servicios de seguridad o de regresar con sus seres queridos. Los que quieran también pueden ir a Bielorrusia«, explicó.
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Autoridades de Rusia han anunciado la suspensión y el cierre de causas penales contra el resto de soldados pertenecientes al grupo Wagner.