Las olas de calor extremo que han afectado a tres continentes durante el mes de julio del 2023, resultarían imposible sin el cambio climático causado por el ser humano, según un nuevo análisis científico.
Actualmente, las temperaturas permanecen elevadas en diversas regiones del hemisferio norte.
Según un análisis de atribución realizado por la iniciativa World Weather Attribution, el «infierno de calor» que afectó a partes de Estados Unidos y el sur de Europa habría sido «prácticamente imposible» sin el cambio climático. Además, aumentó en al menos 50 veces la probabilidad de la ola de calor en China.
Asimismo, las temperaturas globales de la superficie del océano alcanzaron niveles más altos que cualquier otro junio registrado, informó el Servicio de Cambio Climático de Copernicus. Las lecturas satelitales destacaron especialmente altas temperaturas en el Atlántico Norte.
Los científicos dieron con el hallazgo de que el cambio climático no solo aumenta significativamente la probabilidad de que ocurran olas de calor, sino que también las hace más intensas.
De acuerdo con el informe, la contaminación que calienta el Planeta, hizo que la ola de calor en Europa fuera 2,5 grados centígrados más caliente, en América del Norte 2 y en China 1 más caliente.
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El panorama podría empeorar considerablemente. Según el estudio, si la temperatura promedio del Planeta aumenta en 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, podríamos enfrentarnos a olas de calor extremo cada dos a cinco años.
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El mes de junio pasado, también se estableció un récord en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), por la mayor diferencia entre las temperaturas esperadas y las reales.