Durante décadas, Gaza y Cisjordania han enfrentado severas restricciones en el uso de sus recursos naturales, como el gas, el petróleo y el vital suministro de agua, impuestas por Israel, negando a los palestinos sus derechos sobre estos.
La pobreza y las difíciles condiciones de vida en Gaza, a menudo atribuidas a los líderes palestinos por los medios occidentales, son en realidad consecuencia del bloqueo y saqueo impuestos por Israel desde la década de 1950.
El control sobre recursos vitales, como el agua, ha sido una fuente constante de tensión. Israel ha minado el río Jordán y controla los pozos de abastecimiento, aplicando restricciones discriminatorias a los palestinos.