En respuesta a recientes tensiones en la región del Medio Oriente, Estados Unidos y el Reino Unido han llevado a cabo bombardeos contra posiciones hutíes en Yemen.
El enviado de la agencia Al Arabiya en Yemen informó sobre la detonación de explosiones en la capital yemení, Saná, como consecuencia de cuatro ataques aéreos lanzados por aviones estadounidenses y británicos.
Asimismo, el reportero destacó que la ciudad de Hodeidah también fue objeto de bombardeos, mientras que Taiz sufrió tres ataques aéreos. Otras áreas afectadas incluyen Dhamar y Saada.
Medios árabes e internacionales difundieron imágenes de las explosiones en lugares hutíes en Hodeidah, resultado de los ataques llevados a cabo por las fuerzas estadounidenses y británicas.
Se reportaron explosiones intensas en la gobernación costera de Hodeidah, con vista al Mar Rojo, y los ataques se extendieron también a Saada, considerado el bastión de las milicias hutíes, así como en otras localidades.
EE.UU. y Reino unido confirman los ataques en Yemen
Los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido confirmaron que se autorizaron ataques aéreos a posiciones hutíes en Yemen, incluyendo el uso de misiles balísticos antibuque por primera vez en la historia.
«Estos ataques son una respuesta directa a ataques hutíes sin precedentes contra buques marítimos internacionales en el mar Rojo, incluido el uso de misiles balísticos antibuque por primera vez en la historia», afirmó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
El presidente Biden enfatizó que estas medidas son “necesarias” para proteger a las personas y garantizar el libre flujo del comercio. El primer ministro británico, Rishi Sunak, explicó que la Real Fuerza Aérea del Reino Unido, junto con EEUU y el apoyo no operativo de Países Bajos, Canadá y Bahréin, llevaron a cabo “ataques selectivos”.
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En este sentido, Washington ha exigido la liberación inmediata del petrolero, mientras que las autoridades iraníes argumentan que se trata de una represalia por la captura de un barco por parte de Estados Unidos en 2023.
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Ambos países occidentales advierten que no dudarán en tomar medidas adicionales para, según estos, “salvaguardar” la seguridad y el libre tránsito marítimo en la región.
