Decenas de miles de ciudadanos yemeníes se congregan en una masiva manifestación en rechazo a los ataques militares extranjeros, siendo una de las mayores protestas registradas en la ciudad noroccidental de Sadá, según informes de medios locales.
Las recientes acciones llevadas a cabo por Estados Unidos y el Reino Unido han provocado una reacción contundente, desencadenando una ola de protestas que reflejan el sentir de una población exhausta por la guerra y la agresión extranjera.
De esta manera, este clamor colectivo evidencia el creciente descontento entre los ciudadanos yemeníes, quienes exigen el cese de las acciones militares externas y un enfoque distinto en soluciones pacíficas para los conflictos.
La condena de los manifestantes a los ataques no es simplemente una respuesta a incidentes aislados, sino una reacción a lo que perciben como un patrón de intervención y agresión extranjera.
Asimismo, los impactos de estas acciones han tenido consecuencias amplias, desestabilizando la región de Medio Oriente y causando daño significativo a la población civil.
Protestas en otras regiones del mundo
En Líbano, se llevaron a cabo manifestaciones en solidaridad con el pueblo yemení. Residentes palestinos en el país se unieron a las protestas portando tanto banderas palestinas como yemeníes, sumándose así a la concentración convocada por el Movimiento de la Yihad Islámica en Palestina.
Un conjunto de activistas estadounidenses expresó su desaprobación frente a la Casa Blanca en Washington, condenando los ataques llevados a cabo por Estados Unidos y el Reino Unido contra Yemen.
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Los participantes en la manifestación portaban pancartas exigiendo «La libertad de Palestina», «El fin de la ocupación israelí en Palestina» y «La detención de los bombardeos estadounidenses en Yemen».
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En este sentido, los ataques de occidente no solo han desencadenado protestas, sino que también han intensificado la crisis humanitaria en Yemen, donde la población civil sufre las peores consecuencias del conflicto.