Haití, un país marcado por la pobreza y la inestabilidad política, se encuentra sumido en una nueva ola de violencia que ha sembrado el caos y el temor entre sus habitantes.
La reciente fuga masiva de reclusos de dos prisiones, facilitada por pandilleros armados, ha agravado la situación.
Las autoridades informan que las comisarías policiales han caído bajo el control de los grupos delictivos, lo que ha debilitado la capacidad de las fuerzas para mantener el orden.