Israel aprueba planes operativos para la agresión militar terrestre en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, pese a las advertencias del costo humanitario que implica, dado los más de 1.5 millones de palestinos que se encuentran refugiados en el sitio.
«Nada nos detendrá, ni EEUU, ni ninguna otra presión», amenazó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Asimismo, señaló que no darán marcha atrás hasta «destruir» a Hamás en Palestina.
Estas acciones violentan las órdenes emitidas por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), después de una solicitud presentada por Sudáfrica en enero, donde el tribunal instó a Israel a tomar medidas para prevenir actos genocidas en Gaza.
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Netanyahu explicó que el «retraso» en la incursión se debe a que la operación requiere ciertas preparaciones. Actualmente, señaló que el gobierno está ocupado con los aspectos logísticos.
Netanyahu cuestiona postura de EEUU
El primer ministro israelí expresó su gratitud al presidente de EEUU, Joe Biden, por el «apoyo estadounidense», pero manifestó su inconformidad por la reciente abstención de Washington en la resolución sobre un alto el fuego en Gaza, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, calificándola de «deplorable».
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Desde el inicio de las hostilidades, la ofensiva israelí lanzada en Gaza, ha dejado alrededor de 32,782 palestinos asesinados, según el Ministerio de Salud gazatí.
