El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo este martes un esperado encuentro con el recién electo primer ministro canadiense, Mark Carney, en la Casa Blanca.
La cita ocurre en el marco de un agudo conflicto comercial entre ambos países, marcado por tarifas, reproches cruzados y un déficit que afecta la balanza bilateral.
Carney rechazó con firmeza las insinuaciones de Trump sobre anexar Canadá como el estado 51 de EE.UU.: “Canadá nunca estará en venta”. Trump, sin embargo, dejó abierta la puerta al futuro: «Nunca digas nunca», replicó.
«Hay lugares que nunca están a la venta… después de haberme reunido con los dueños de Canadá durante la campaña, no está a la venta. Nunca estará a la venta», precisó Carney.
El primer ministro de Canadá, subrayó que su país no aceptará condiciones desfavorables y está dispuesto a esperar un acuerdo que refleje sus intereses nacionales.
Canadá se refirió al T-MEC
Trump aseveró que Washington no hace muchos negocios con Ottawa, agregando que no quieren automóviles canadienses. Sin embargo, Carney refirió que son el mayor cliente de EEUU en la totalidad de los bienes.
Sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, Carney afirmó que “es la base para una negociación más amplia… Algunos aspectos tendrán que cambiar”.
En un intercambio entre los presidentes de EEUU y Canadá, Trump le comentó a Mark Carney su deseo de convertir a Canadá en el estado número 51, sería un "matrimonio maravilloso", a lo que Carney respondió: "Hay lugares que nunca están a la venta… Nunca estará a la venta". pic.twitter.com/8zSQ6qYc35
— JP+ (@jpmasespanol) May 6, 2025
Las tensiones entre Canadá y EE.UU. se intensificaron con el regreso de Trump, quien reactivó aranceles del 25 % al acero y aluminio canadienses.
Aunque algunos productos quedaron exentos por el T-MEC, el impacto económico fue considerable. Canadá respondió con tarifas equivalentes por 42.000 millones de dólares.
El comercio entre ambos países es clave: EE.UU. recibe el 75 % de las exportaciones canadienses, mientras Canadá solo importa el 17 % de las estadounidenses. Pese a ser su principal proveedor de crudo, las declaraciones de Trump —quien llama a Carney “gobernador”— han tensado aún más la relación.