El campamento de refugiados al-Shati, al oeste de la ciudad de Gaza, fue el blanco de un ataque aéreo israelí que dejó un saldo trágico de 15 asesinados y más de 25 heridos, de acuerdo con los informes de las autoridades sanitarias locales.
Este ataque se produjo en medio de una escalada de violencia, y se alinea con las acusaciones de limpieza étnica por parte de Israel, que ha dirigido los bombardeos a las tiendas de campaña, sitios de refugios, hospitales y puntos de ayuda humanitaria.
El Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, informó sobre tres ataques en la residencia del personal de la OMS en Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, además de su almacén principal.
Por su parte el Movimiento de Resistencia Palestina, Hamás, manifestó que están “procediendo de forma responsable y racional, y con la mayor celeridad posible, para completar consultas y comunicaciones con las fuerzas y facciones palestinas, a fin de alcanzar un acuerdo honorable que conduzca a detener la agresión, poner fin al genocidio”.
La población de Gaza también enfrenta una severa hambruna, debido al bloqueo israelí que impide la entrada de ayuda humanitaria vital. La ONU y numerosos países han condenado estos bloqueos ilegales, que han agravado una crisis humanitaria sin precedentes.
Con este ataque, se suman más víctimas a las 60,000 muertes que se han registrado desde el comienzo del conflicto en octubre de 2023. La escasez de alimentos, agua y medicamentos agrava aún más la difícil situación, dejando a miles de civiles en condiciones insostenibles.