Rusia y Nicaragua profundizaron su alianza estratégica mediante la firma de acuerdos de cooperación comercial y económica, en los territorios de las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, así como las provincias de Zaporozhie, Jersón y Sebastopol.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, elogió los vínculos con el gobierno nicaragüense, refiriendo que aprecia “enormemente este paso verdaderamente amistoso en el espíritu de una auténtica asociación estratégica, basada en principios de solidaridad”.
Por su parte, Laureano Ortega Murillo, asesor presidencial nicaragüense, en nombre de los copresidentes Daniel Ortega y Rosario Murillo, confirmó la disposición de su país para recibir delegaciones de estas regiones y “establecer lazos de cooperación de manera práctica y efectiva”.
Al respecto, detalló que Nicaragua posee una gran cantidad de productos alimentarios y agropecuarios de alta calidad, que pudieran tener un nuevo mercado en las regiones rusas incorporadas.
Ortega Murillo además subrayó el compromiso de Nicaragua con la causa rusa, asegurando que ambos países enfrentan a un enemigo común “promovido por el imperialismo estadounidense, por la OTAN y por sus aliados europeos”.
Lavrov destacó que esta postura coherente del gobierno sandinista no es nueva, recordando que Managua reconoció a Crimea como territorio ruso en 2014 y ha mantenido una cooperación continua con esa región desde entonces.
El jefe de la diplomacia rusa precisó que esta política desafía las presiones del llamado “Occidente colectivo” y demuestra la independencia de Nicaragua en la escena internacional.