Seis activistas mexicanos denunciaron haber sido víctimas de tortura tras ser detenidos por el ejército israelí el 1 de octubre, cuando viajaban en la Flotilla Global Sumud rumbo a Gaza para entregar ayuda humanitaria cuando fueron interceptados.
A su regreso a México, aseguraron que su arresto fue ilegal. “Fuimos secuestrados, encerrados y aislados”, afirmó Sol González, una de las integrantes, quien describió el trato como violento y humillante.
Ernesto Ledesma relató que fue sometido con una llave que casi le disloca los hombros. Otros miembros del grupo también denunciaron abusos físicos, amenazas y aislamiento forzado.
Pese a los malos tratos, el grupo sostuvo que nunca perdió el espíritu ni su compromiso con la causa palestina. “No nos quebraron”, dijo Carlos Pérez Osorio, quien también regresó con el resto del equipo desde Turquía.
Los activistas llamaron a centrar la atención en Gaza, donde, dijeron, la violencia es cotidiana. “Lo nuestro no es nada comparado con lo que sufre el pueblo palestino”, expresó González.