Filipinas ha vuelto a ser escenario de un desastre natural, luego de que un terremoto de magnitud 7,5 estremeciera la región sur del país.
El epicentro fue ubicado a 20 kilómetros de la ciudad de Manay, en la provincia de Davao Oriental, con una profundidad de 58 kilómetros, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs).
Las autoridades locales confirmaron la muerte de una persona a causa del colapso de una estructura, mientras se activó una alerta de tsunami para Filipinas y Palaos.
De inmediato, se ordenó la evacuación de comunidades costeras en las islas Danagat y otras provincias del sur, ante el riesgo de olas que podrían alcanzar hasta tres metros de altura.
Este nuevo sismo se produce apenas diez días después del terremoto de magnitud 6,9 que golpeó la ciudad costera de Bogo, dejando 74 víctimas mortales y severos daños materiales.