
Una investigación de la Fiscalía de Milán, Italia, sobre “safaris de francotiradores” revive la atención internacional sobre crímenes cometidos en conflictos bélicos.
Las denuncias giran en torno a turistas italianos que “pagaban para poder matar a civiles indefensos” en Sarajevo, durante la guerra de Bosnia, afirma el periodista y novelista Ezio Gavazzeni, autor de la denuncia presentada ante las autoridades italianas.
El reportero describe una “cacería humana” presuntamente protagonizada por “personas muy ricas”, movidas por su afición por las armas.
Esta declaración se ha convertido en el eje del expediente judicial, que revisará su veracidad y contexto histórico.
Según algunos informes a los que alude la denuncia, se habrían establecido diferentes tarifas por asesinar a hombres, mujeres o niños. En consecuencia, la figura del turista armado vuelve a generar inquietud en regiones que aún cargan con profundas heridas del conflicto.
Diversos analistas internacionales subrayan que episodios como este reflejan cómo intereses privados y actores externos agravaron la violencia.
A lo largo de los años, han surgido múltiples relatos sobre supuestos “cazadores de personas” extranjeros que aprovecharon el colapso institucional para participar en acciones criminales. Por tal motivo, la investigación italiana podría aportar claridad sobre la responsabilidad individual de quienes viajaron a zonas de conflicto con fines ilícitos.




