Los intentos de varios países de la Unión Europea de apropiarse de los fondos rusos congelados en entidades financieras del bloque fueron duramente cuestionados por el presidente Vladímir Putin, quien calificó estas acciones como un “atraco” abierto y no como un simple robo.
El mandatario subrayó que se trata de un precedente peligroso para el sistema financiero internacional.
Durante su intervención, Putin hizo una distinción clara entre el concepto tradicional de robo y lo que, a su juicio, pretende Occidente.
Según explicó, el robo implica ocultamiento, mientras que en este caso se busca una apropiación pública y deliberada de recursos soberanos, lo que agrava la situación jurídica y política del conflicto.
“El robo no es una definición correcta. El robo es una sustracción secreta de propiedad. Pero en nuestro caso lo intentan hacer abiertamente. Esto es un atraco”, afirmó el presidente ruso.
Asimismo, el jefe del Estado advirtió que estas medidas no podrán ejecutarse sin consecuencias. De acuerdo con su análisis, la confiscación de activos rusos impactaría directamente en los presupuestos nacionales de los países involucrados y provocaría un deterioro significativo de su credibilidad internacional.
“¿Pero por qué no se puede llevar a cabo este atraco? Porque las consecuencias podrían ser graves para los ladrones”, añadió Putin, alertando sobre los efectos económicos y políticos de tales decisiones.
El mandatario también remarcó que cualquier apropiación indebida de fondos deberá ser revertida en el futuro. En ese sentido, aseguró que Rusia recurrirá a los tribunales internacionales para defender sus intereses y exigir la restitución de los activos, sin importar el método utilizado para su incautación.
En otro momento de su intervención, Putin abordó la cuestión de la seguridad europea y rechazó que Moscú esté planteando exigencias extraordinarias.
Según indicó, Rusia únicamente demanda que se respeten los compromisos asumidos previamente por los países occidentales en materia de estabilidad y no expansión de amenazas.
“No pedimos nada inusual. No negamos el derecho de ningún país a elegir cómo garantizar su seguridad, pero esa elección no debe poner en peligro a otros, incluido a nosotros”, sostuvo el presidente, insistiendo en que Occidente incumplió promesas claves.
Estas declaraciones se produjeron durante el tradicional maratón anual de preguntas y respuestas del presidente ruso, uno de los eventos políticos más relevantes del país.
