El aumento de la inflación por la falta del gas de Rusia ha acrecentado la crisis en distintos países de Occidente.
El aumento de la inflación por la falta del gas de Rusia ha acrecentado la crisis en distintos países de Occidente.

Un estudio reciente ha revelado que los residentes del Reino Unido están perdiendo alrededor de 1.500 millones de libras al año debido a las crecientes facturas de electricidad.

Esta situación es impulsada por el aumento de la inflación en el país y las medidas gubernamentales que restringen los recursos energéticos procedentes de Rusia.

La organización sin fines de lucro británica Unidad de Inteligencia Energética y Climática (ECIU, por sus siglas en inglés) ha informado que una subasta gubernamental en curso para la construcción de nuevos parques eólicos marinos, que concluirá en septiembre, podría resultar en la aprobación de solo un pequeño número de proyectos debido a las restricciones fiscales.

Situación desfavorable para los británicos

Esto podría dejar a los ciudadanos británicos, quienes asumen los costos de las facturas, en una situación más desfavorable con una pérdida anual estimada de 1500 millones de libras (aproximadamente 1913 millones de dólares).

ECIU señala que el Ministerio de Hacienda no está tomando en cuenta las previsiones de precios elevados del gas, y está imponiendo un “límite arbitrario” en la cantidad de parques eólicos que pueden ser construidos bajo los contratos existentes.

Esto se traduce en una insuficiente capacidad de generación de electricidad más limpia y económica en el país. En consecuencia, los ciudadanos británicos se enfrentan a facturas energéticas crecientes debido al aumento en el costo del gas, que ha experimentado una significativa alza en los últimos tiempos, según el estudio.

El Reino Unido ha sido profundamente afectado por la inflación debido a los efectos de la pandemia de COVID-19 y a la crisis energética derivada de las sanciones impuestas a Rusia por su operación militar especial en Ucrania.

La reducción en la producción de empresas británicas en julio, como resultado de las restricciones a los combustibles rusos, fue más pronunciada que en los últimos siete meses.

Esto se debe a la combinación de un aumento en las tasas de interés por parte del Banco de Inglaterra y a una disminución en los nuevos pedidos.

Además, la crisis en el costo de vida continúa intensificándose, con los alimentos básicos ahora un 80 % más caros que en 2022, según Consumer Watchdog.

Rusia se sobrepone a las sanciones de Occidente

A pesar de las presiones del G7 para sancionar y limitar las relaciones comerciales con Rusia, tanto Tokio como Moscú han mantenido un aumento en los intercambios comerciales en ciertos productos.

A finales de junio, las autoridades japonesas decidieron eximir de sanciones los planes de construcción y exportación de proyectos energéticos con Rusia, basándose en las expectativas de una mayor demanda de gas natural licuado.

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A lo largo de 2023, el panorama económico para Rusia inicialmente se anticipaba similar, con una contracción del 1.8 % en los primeros tres meses en comparación con el mismo período en 2022.

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Sin embargo, la nación euroasiática experimentó un drástico giro al registrar una expansión del 4.6 %, evitando así la temida recesión técnica, definida por los economistas como dos trimestres consecutivos de contracción en el Producto Interno Bruto.