Gobierno de Burkina Faso detiene golpe de estado y complot destinado a desestabilizar el país.
Gobierno de Burkina Faso detiene golpe de estado y complot destinado a desestabilizar el país.

Las autoridades de Burkina Faso han desarticulado un “gran complot” destinado a “sembrar el caos total” y colocar al país bajo la tutela de una organización internacional.

El plan fue descubierto por los servicios de inteligencia, el que implicaba un intento de golpe de Estado y ataques terroristas coordinados para desestabilizar al gobierno actual. Durante los últimos días, varios altos cargos del Ejército fueron detenidos en el marco de esta operación.

Mahamadou Sana, ministro de Seguridad de Burkina Faso, describió el complot como un “proyecto diabólico” llevado a cabo por “cerebros en el exterior”, con el objetivo de generar caos y abrir el camino para la intervención internacional.

Según informó, el complot se ejecutaba desde el centro de operaciones de Arbiyán. Frente a estos hechos, el gobierno mantiene la vigilancia constante y se compromete a tener informada a la nación sobre cualquier amenaza a la paz.

Sana también hizo un llamado a los civiles: “invitamos a la población a mantener la calma, estar vigilante y reportar cualquier actividad sospechosa”.

El plan fue descubierto cuando las fuerzas de inteligencia interceptaron comunicaciones entre Bari Abdrahman, un oficial del ejército burkinés, y altos cargos terroristas. Estas conversaciones revelaban información sensible sobre operaciones militares y estrategias para fomentar una revuelta contra las autoridades.

Según las autoridades, el complot buscaba desmoralizar a las tropas mediante amenazas a oficiales y la creación de listas negras, además de reclutar líderes religiosos y tradicionales para influir sobre el Ejército.

Asimismo, se ofreció dinero a los voluntarios para incitar la desobediencia y debilitar la moral de las fuerzas armadas y de defensa del país.

El plan de golpe de Estado estaba diseñado para coincidir con varios ataques terroristas de gran escala, que debían debilitar las capacidades aéreas de Burkina Faso y desestabilizar el país.

Sin embargo, antes de la fecha prevista para el asalto al palacio presidencial, varios soldados y miembros de los Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP) denunciaron el complot, lo que permitió frustrar la operación y detener a algunos de los líderes en la capital, Uagadugú.

Algunos de los conspiradores lograron escapar y se encuentran en Costa de Marfil, desde donde continúan con sus actividades; confirmando las acusaciones de Burkina Faso quien en repetidas veces señaló a ese país de ser un refugio para los conspiradores.