Camboya y Tailandia acordaron un alto al fuego de manera inmediata e incondicional, tras varios días de enfrentamientos, durante una ronda de negociaciones de paz en Malasia, con participación de EEUU y China.
“Tanto Camboya como Tailandia llegaron a un entendimiento común”, acordando “un alto el fuego inmediato e incondicional”, declaró Anwar Ibrahim primer ministro malasio.
Por su parte, el jefe del Gobierno de Camboya, Hun Manet valoró el acuerdo como “un paso importante para reducir las tensiones y restablecer la paz y la seguridad”.
En ese contexto, Manet anunció que se llevará a cabo una reunión informal entre mandos militares de ambas naciones, y se prevé una nueva cita del Comité General de Fronteras para el 4 de agosto, con Camboya como anfitrión.
En la mesa de diálogo participaron: el primer ministro camboyano, Hun Manet, y el jefe de Gobierno interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, junto con los embajadores de EEUU y China en Malasia.
Washington actuó como coorganizador del encuentro, mientras que Pekín asistió en calidad de observador, respaldando los esfuerzos para frenar la escalada de tensiones.
El 24 de julio estallaron enfrentamientos directos entre las fuerzas armadas de Camboya y Tailandia quienes se acusaron mutuamente de haber iniciado el ataque, que incluyó el uso de cazas F-16, cohetes BM-21 Grad y artillería pesada, afectando zonas civiles y posiciones militares.
Según los últimos informes oficiales, el conflicto dejó al menos 35 personas, decenas de heridos y cerca de 291.000 personas vieron obligadas a abandonar sus hogares, refugiándose en albergues y campamentos temporales.