Una investigación realizada por un grupo de científicos de Francia y Reino Unido, ha demostrado que es posible contar con células sintéticas que cumplen las mismas funciones que las reales.
El estudio dirigido por la Universidad de Bristol, representa los importantes avances dados en “el despliegue de células sintéticas, conocidas como protocélulas, para representar con mayor precisión las complejas composiciones, estructuras y funciones de las células vivas”, detallan los investigadores en el informe.
Asimismo, aseguran que, con la investigación, queda “demostrado” que existe un “enfoque para la construcción de protocélulas altamente complejas” a través del uso de microgotas viscosas llenas de bacterias vivas como sitio de construcción microscópico”.
Bacterias para la creación de células
El equipo reveló que tras varias pruebas de modelado de protocélulas, en las que utilizaron microcápsulas han quedado cortos, y esto los llevó a recurrir a “bacterias para construir células sintéticas complejas utilizando un proceso de ensamblaje de material vivo”, explican.
“Nuestro enfoque de ensamblaje de material vivo brinda una oportunidad para la construcción de abajo hacia arriba de construcciones simbióticas de células vivas/sintéticas”, dijo el doctor Can Xu, investigador de la Universidad de Bristol.
Como en todo estudio de gran trascendencia donde se requiere el enfoque integral de distintas ramas de la ciencia; en esta investigación, se involucraron múltiples expertos de áreas como; la biología y bioingeniería, que conllevó hasta el estudio del origen de la vida. “Establecer una funcionalidad real en las protocélulas es un gran desafío global que abarca múltiples campos”, indica el resumen de los expertos. Durante el proceso de creación de las células artificiales, el equipo expuso las gotas vacías a dos tipos de bacterias, siendo capturadas espontáneamente dentro de las microgotas o en su superficie.
Posteriormente, “ambos tipos de bacterias se destruyeron para que los componentes celulares liberados quedaran atrapados dentro o en la superficie de las gotas para producir protocélulas bacteriogénicas recubiertas de membrana que contenían miles de moléculas biológicas, piezas y maquinaria”, señala el informe.
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Del mismo modo, los investigadores descubrieron que las protocélulas podían producir moléculas ricas en energía (ATP), a través del glucólisis y sintetizar ARN y proteínas mediante la expresión génica in vitro, lo que indica que los componentes bacterianos heredados permanecieron activos en las células sintéticas.
Para comprobar la factibilidad del estudio, se empleó una serie de procesos químicos para remodelar estructural y morfológicamente las protocélulas bacteriógenas; que luego al condensar el ADN bacteriano liberado con una estructura similar dio como resultado un núcleo único.
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La producción de ATP autosostenible y una activación a largo plazo para la glucólisis, la expresión génica y el ensamblaje del citoesqueleto, también contribuyó a las construcciones protovivientes, y “adoptar una morfología externa similar a la de una ameba debido al metabolismo y crecimiento bacteriano en el lugar para producir un sistema biónico celular con propiedades integradas similares a las de la vida”.