Aunque es asociada a los festejos de Halloween, poco tiene que ver el milenario Día de Muertos, en América Latina con estas raíces; sino más bien, recopila la herencia de los pueblos originarios indígenas, combinado con las tradiciones católicas.
Como cada año, en la mayoría de los países latinoamericanos, especialmente en México, el 1 y 2 de noviembre, los difuntos son honrados y recordados de la forma más positiva, como una expresión hacia la vida y lo que hay después de ella.
El Día de Muertos, Día de Todos los Santos, Día de los Fieles Difuntos o Día de Todos los Muertos, varía según la región, pero mantiene distintos elementos en común como las ofrendas florales, de comida y el arreglo de altares.
México
Posiblemente el lugar de nacimiento de esta conmemoración, que viene desde las prácticas indígenas. En particular para los mexicanos, la muerte es vista como un paso más en la vida, y la muerte es una fiesta en la que aquellos que se fueron vuelven para pasar una noche entre los vivos.
Las familias preparan meticulosamente los altares que esperan el retorno de sus difuntos, la mayoría con papel picado y velas, pero ningún altar igual al otro, pues cada uno recoge “aquello que al ausente le gustaba en vida”.
Las calles se llenan de color y son infaltables las flores de cempasúchil, que suelen tapizar de naranja las calles y los alrededores desde finales de octubre.
Centroamérica
Para la región de América Central, las tradiciones no varían en gran manera, muchas personas celebran con altares desde sus hogares, otros visitan los cementerios para decorar y limpiar las tumbas de sus familiares y pasar el día allí, y comer alimentos fríos al mediodía; otros rezan y hacen alfombras de aserrín en las calles.
Guatemala incluye enormes barriletes, “papalotes” o cometas en los cementerios con el fin de evitar que espíritus malignos molesten a sus seres queridos y a las almas buenas que regresan en estos días.
Bolivia
En el país andino, las “tantawawas” de pan son parte esencial del Día de Todos los Santos, muchos los hacen en forma de bebés, otros en formas de Sol, Luna, escaleras, y otros símbolos que representan la vida, la muerte y la Madre Tierra.
Muchas veces estos panes se dejan fuera de casa en la noche anterior, para dar la bienvenida a las almas y guiarlas en su viaje de regreso.
Ecuador
Aquí, miles de ciudadanos urbanos e indígenas preparan la colada morada, que es una bebida a base de harina, maíz morado y jugo de frutas. Se reúnen en los cementerios para visitar las tumbas con quienes compartieron gran parte de su vida.
Encima de las tumbas extienden “manteles” y se lleva a cabo una «pambamesa», que es una comida comunitaria.
Venezuela
Los familiares de los difuntos, visitan en los cementerios las tumbas. Como en otros países, se limpian las bóvedas, las veladoras forman parte del ambiente y se adornan las tumbas con flores. Algunos dolientes llevan comida y serenatas.
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Aunque las celebraciones varían depende del país, todas tienen un mismo objetivo, conmemorar el recuerdo de los seres queridos que ya no están en el plano terrenal. Desde México hasta el punto más al sur del continente es una fecha reservada para coloridas ceremonias o visitas al cementerio.