Un estudio publicado, el 19 de enero, en Nature Nueroscience ha revelado que, con el paso del tiempo, el cerebro mejora su capacidad para diferenciar experiencias que se asemejan y establecer recuerdos.
El estudio realizado en la Universidad de Buffalo, Estados Unidos, explica que el proceso de establecer recuerdos está a cargo de los engramas, que son las neuronas que almacenan información sobre la memoria.
En este sentido, la investigación muestra un hallazgo importante para tratar de comprender el alzhéimer y otros trastornos de la memoria en el cerebro.
El estudio científico concluyó que, en el proceso, no siempre se activan el mismo número de células engramadas (una estructura de interconexión neuronal estabel). “Con el tiempo se activan mucho menos”, señalaron los investigadores.
“Esto explicaría por qué la discriminación de los recuerdos mejora con el paso del tiempo. Es como si tu recuerdo de la experiencia fuera inicialmente una gran autopista, pero después, en el transcurso del periodo de consolidación del orden de minutos a horas, tu cerebro los divide en dos carriles para que puedas discriminar entre ambos», explicó Dheeraj S. Roy, autor principal del trabajo.
Cómo lograron el hallazgo
El equipo que estuvo a cargo del estudio creó un sistema computacional de aprendizaje y formación de recuerdos que inicia con la estimulación sensorial, cuando esta llega al hipocampo, donde se crean los recuerdos.
Luego, se activan diferentes neuronas y a medida que se forman los recuerdos, las que se activan antes pasan a formar parte del engrama y refuerzan su conectividad para establecer el recuerdo.
Los científicos ilustran el proceso de la siguiente manera: «cuando alguien, en un corto espacio de tiempo, vive dos experiencias distintas pero parecidas, como asistir a dos fiestas en la misma semana».
Este fenómeno se evidencia cuando se enfrenta a situaciones similares en un breve lapso, como hacer dos presentaciones en el trabajo. Aunque inicialmente pueda existir confusión, a medida que transcurre el tiempo, el cerebro desarrolla una mayor capacidad para distinguir entre estas experiencias específicas.
Se realizaron ensayos en ratones
El equipo del doctor Roy, realizó el proceso con ratones. Los ratones fueron expuestos en dos escenarios diferentes, simulados en dos cajas que tenían olores y condiciones de iluminación únicas.
En este sentido, una de las cajas tenía un entorno neutro, mientras que en la otra recibían una leve descarga en el pie.
Unas horas después, los ratones, que normalmente están en constante movimiento, demostraron tener recuerdos de miedo al quedarse inmóviles cuando se les exponía a cualquiera de las dos cajas, lo que demostraba «que no podían discriminar entre las dos», señaló Roy.
También, mediante una técnica sensible a la luz, el equipo pudo detectar neuronas activas en el hipocampo de los ratones mientras exploraban las cajas y pudo medir cuántas neuronas reactivaban el cerebro para recordar.
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Los estudios computacionales iniciales del equipo habían estimado que el número de células engramas implicadas en un solo recuerdo disminuiría con el tiempo, y los experimentos con ratones lo confirmaron.
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“Ahora sabemos que el problema está en que los engramas deben estar cambiando” Se refirió el Dr. Roy sobre la importancia que tiene el estudio para comprender qué está fallando en los trastornos de la memoria.