La pandemia de la Covid-19 obligó a la mayoría de países a establecer cuarentenas estrictas. Sin embargo, contrario a las medidas de restricción impuestas alrededor del mundo; Nicaragua no aplicó ningún tipo de confinamiento a su población y logró, en dos años de pandemia, ejecutar un amplio Programa de Vacunación; sostener los mejores índices de recuperados y de mortalidad en la región, según el Sistema de Integración Centroamericana (SICA); además demantener una estabilidad económica en su territorio. ¿Cómo fue esto posible?
El 18 de marzo del año 2020, se detectó el primer caso de Covid-19 en el país centroamericano. Inmediatamente Nicaragua adoptó las medidas sanitarias que su Sistema de Salud consideró oportunas, e impresionó al mundo al no imponer ninguna restricción obligatoria ni confinamientos.
En ese sentido, el Presidente Daniel Ortega, declaró en una reunión con su Gabinete de Gobierno, que se tomarían medidas de manera ordenada, siguiendo las normas internacionales, pero “adecuándolas a nuestra realidad, a nuestras posibilidades materiales, a nuestras posibilidades científicas y económicas”, expresó el mandatario nicaragüense.
Ningún hospital se vio desbordado, ningún paciente se quedó sin atención
El Sistema de Salud Público Familiar y Comunitario gratuito, fue una de esas realidades con las que Nicaragua contó para enfrentar la pandemia. La red de salud comunitaria de Nicaragua cuenta con más de 50 mil elementos debidamente capacitados y ubicados en los 153 municipios del país. Esto hizo posible una movilización territorial casa a casa, en una de las primeras fases de detección y atención de casos, además de la promoción de las medidas sanitarias de prevención y contención de la enfermedad.
De igual forma, la red de infraestructura de Salud Pública, la mejor de Centroamérica fortalecida ampliamente desde el año 2007, funcionó de manera escalonada, para evitar la saturación de los hospitales públicos. El modelo de salud nicaragüense cuenta con Puestos de Salud, Centros de Salud, hospitales primarios, hospitales departamentales, hospitales regionales y finalmente hospitales nacionales.
Asimismo, el Gobierno de Nicaragua a través del Ministerio de Salud, puso a disposición una línea telefónica para recibir orientaciones precisas, ante cualquier duda o sospecha de casos de la población nicaragüense. Todo esto le permitió al país atender de forma ordenada y eficaz los casos registrados.
“Este Modelo de Salud, este Gobierno, lo que mandató es salgamos a buscar, hagamos visita casa a casa para hacer promoción y prevención de la enfermedad. Pero, además, busquemos febriles, y si hay que dar tratamiento, le damos el tratamiento ahí mismo y el que amerite ir al hospital, lo llevamos al hospital”, declaró en una entrevista exclusiva la asesora presidencial en temas de salud del Gobierno nicaragüense, Sonia Castro.
Te puede interesar: Nicaragua y su inédito Sistema de Salud
El 3 de marzo del 2021, Nicaragua inició su Programa de Vacunación Gratuita y Voluntaria contra la Covid 19. La jornada priorizó en una primera fase a personas con enfermedades crónicas y adultos mayores. Posteriormente se fue ampliando el espectro de personas según su rango de edad, hasta convertirse en el segundo país a nivel mundial en inmunizar contra el virus a su población de dos años en adelante.
Las vacunas contra el nuevo coronavirus, fueron gestionadas por el Gobierno de Nicaragua haciendo uso de fondos propios y también a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hasta la fecha, Nicaragua ha vacunado a más del 89 % de la población a partir de los dos años con al menos una dosis, y más del 65 % ya ha completado su esquema. En marzo de 2022 dio inicio el nuevo esquema de vacunación anti SARS-CoV-2, siempre de manera voluntaria y gratuita. Del 2020 al 2022, Nicaragua registró 14 mil 170 casos confirmados de Covid-19, siendo el más bajo de la región centroamericana.
La paradoja ocurrida en la gran mayoría de los países, fue que ante los efectos colaterales de sus imposiciones restrictivas tuvieron que echar dos pasos hacia atrás e iniciar a levantar sus confinamientos y demás medidas, sin embargo, el daño ya estaba hecho; autodestruyeron sus economía, propiciaron índices de deserción escolar a una escala nunca antes vista, pusieron en peligro la seguridad alimentaria en el planeta, agudizaron la desnutrición y la pobreza a nivel global, pero sobre todo evidenciaron sus precarios sistemas sanitario, incluso los países más desarrollados.
Con respecto a la economía, Nicaragua además de no cerrar sus actividades económicas nacionales e internacionales, impulsar el turismo local y extranjero, y no cerrar sus fronteras durante la crisis sanitaria; ha establecido nuevos lazos comerciales, y ha fortalecido proyectos en el sector energético, industrial, minería y telecomunicaciones. Los ingresos brutos en Inversión Extranjera Directa en el país, en el año 2021, alcanzaron los 1,470.1 millones de dólares, y para el año 2022 el Banco Central estima un crecimiento económico de entre 4 y 5 por ciento.
Viajeros que visitaron territorio nicaragüense en plena pandemia, afirmaron que sintieron menos vulnerables, en el sentido del ambiente de tranquilidad con que se ha manejado la crisis sanitaria, en comparación con el “agobio y miedo generalizado”, que han percibido en otras latitudes del planeta.
La experiencia nicaragüense ante la Covid 19 demostró la posibilidad de hacer frente a la emergencia de una forma ordenada y eficaz, sin afectar su economía más allá de las interferencias naturales generadas por la pandemia. Además de eso, un factor fundamental fue el cuido del bienestar popular con prevención, atención y acompañamiento, no de forma coyuntural, sino como modelo de gobierno antes, durante y después de la pandemia.