El Tribunal de Costa Rica ha condenado a la Iglesia Católica y al arzobispo de San José, monseñor, José Rafael Quirós, con 65 millones de colones, equivalentes a 100 mil dólares; por el “daño moral” ocasionado al encubrir uno de los muchos abusos sexuales, perpetuados por el ex cura, Mauricio Víquez.
Exsacerdote preso por violación agravada y abuso sexual
La víctima, Carlos Roberto Muñoz, quien demandó a los representantes religiosos, forma parte de una lista de denunciantes que han exigido justicia por los delitos sexuales cometidos por el ex clérigo alrededor del año 2002.
Víquez fue extraditado desde México en 2021, tras varios años de huir de las autoridades costarricenses. Fue condenado en marzo de 2022 a 20 años de prisión, por los delitos de violación agravada y abuso sexual contra un niño de 11 años de edad cuando estaba a cargo de una parroquia, en la localidad de Patarrá, al sur de la capital del país centroamericano.
Este juicio, es el primero de los tres próximos que debe enfrentar la Iglesia Católica; aún faltan los interpuestos por las víctimas Michael Rodríguez y Anthony Vanegas, quienes, junto a Muñoz, denunciaron al mismo exsacerdote por abuso sexual y violación.
El acta de sentencia, que consta con más de 100 páginas, detalla que, además de los 65 millones de colones, se le condena a la Conferencia Episcopal de Costa Rica y al arzobispo José Rafael Quirós al pago de más de 10 millones colones adicionales, por concepto de honorarios profesionales de abogado.
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En este contexto, Rodolfo Alvarado, abogado de la víctima, expresó que el hecho “es un fallo inédito que recoge la justicia costarricense, ejemplar, en donde viene precisamente a indicar las responsabilidades que tiene la Iglesia Católica, que supo desde 2002 que acontecían estos hechos y que nunca realizó absolutamente nada para detenerlos”.
Iglesia alega prescripción del delito
Por su parte, la iglesia costarricense, expresó a través de un comunicado de prensa, que presentará un recurso extraordinario para anular la sentencia, pues mantiene que hay prescripción de los hechos.
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Durante décadas, la Iglesia Católica ha sido objeto de titulares, por la ola de denuncias de abuso sexual que salen a la luz, después de años de silencio de las víctimas.
A pesar que la “sagrada institución”, tras siglos de sistemáticas violaciones psicológicas, físicas y sexuales, intenta implementar medidas para la protección de menores, al igual que distintos países reformas a las leyes sobre este tipo de abusos; existen un sinnúmero de casos sin investigar o anulados por prescripción, que dejan a religiosos impunes de sus delitos.
