La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), reveló un hallazgo astronómico sin precedentes, el agujero negro supermasivo más lejano y antiguo jamás antes observado con tecnología de rayos X.
Este logro ha sido posible gracias al empleo de telescopios espaciales de la NASA, y podría proporcionar información valiosa sobre el origen de los agujeros negros supermasivos en el universo primitivo.
El agujero negro, que se encuentra en una etapa temprana de crecimiento, presenta una característica única: su masa es comparable a la de la galaxia que lo alberga. En este sentido, este fenómeno plantea posibles respuestas sobre cómo se formaron los primeros agujeros negros supermasivos, en todo el universo.
La hazaña de localizar este agujero negro a 470 millones de años después del Big Bang, fue posible gracias a la combinación de datos del Observatorio de Rayos X Chandra y el Telescopio Espacial James Webb, detalló la agencia espacial norteamericana.
El equipo de investigadores liderado por el experto en el espacio, Akos Bogdan, del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian (CfA), publicó un artículo en la revista Nature Astronomy en el que detalló estos resultados.
Bogdan comentó: “Necesitábamos a Webb para encontrar esta galaxia notablemente distante y a Chandra para encontrar su agujero negro supermasivo. También aprovechamos una lupa cósmica que aumentó la cantidad de luz que detectamos”, refiriéndose al efecto de lente gravitacional.
La galaxia UHZ1 y su agujero negro
El agujero negro se ha identificado en la galaxia denominada UHZ1, en dirección al cúmulo de galaxias Abell 2744, que se encuentra a una distancia de 3.500 millones de años luz de la Tierra.
Sin embargo, los datos recabados por el Telescopio Espacial James Webb, revelaron que la galaxia se halla a una impresionante distancia de 13,200 millones de años luz de nuestro Planeta, correspondiente a una época en la que el universo tenía solo el 3 % de su edad actual.
Después de más de dos semanas de observaciones con el Telescopio Chandra, se detectó la presencia de gas intensamente calentado que emite rayos X en esta galaxia, una característica distintiva de un agujero negro supermasivo en crecimiento.
La luz de la galaxia y los rayos X del gas que rodea al agujero negro, se magnifican aproximadamente cuatro veces debido a la intervención de materia en el cúmulo de galaxias Abell 2744, gracias a efectos de lentes gravitacionales. Esto mejora la señal infrarroja captada por Webb y permite a Chandra detectar la tenue fuente de rayos X, según la NASA.
Este descubrimiento adquiere relevancia fundamental para entender cómo algunos agujeros negros supermasivos pueden alcanzar masas colosales poco después del Big Bang, y proporciona mayor información sobre este fenómeno astronómico.
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El equipo de Bogdan, reunió pruebas sólidas que indican que este agujero negro, recién descubierto, nació con una masa considerable, estimada entre 10 y 100 millones de veces la masa del Sol, según su brillo y la energía de los rayos X.
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La gran masa del agujero negro a una edad tan temprana, junto con la cantidad de rayos X que emite y el brillo de la galaxia, respalda las predicciones teóricas realizadas en 2017 por el coautor, Priyamvada Natarajan, de la Universidad de Yale, que sugieren que este tipo de “agujero negro de gran tamaño» se forman directamente a raíz del colapso de una enorme nube de gas.