En vísperas del aniversario de la invasión nazi a la Unión Soviética, el Ministerio de Defensa de Rusia publicó archivos confidenciales que iluminan con nuevos detalles la resistencia en la Fortaleza de Brest.
Esta ofensiva, iniciada el 22 de junio de 1941, marcó el comienzo de la Gran Guerra Patria y se convirtió en un símbolo de coraje ante la superioridad enemiga.
Valentía de soldados soviéticos
Entre los documentos revelados figuran partes militares, expedientes personales y testimonios de sobrevivientes, como el del capitán Vladímir Shablovski, quien eligió morir antes que caer prisionero.
También se destacan figuras como Iván Zubachiov y el comisario Efim Fomín, líderes indiscutibles de la defensa, y la enfermera Raísa Abakúmova, que prestó servicio médico hasta ser capturada.
Un informe alemán fechado el 27 de junio confirma que, a pesar de intensos bombardeos con explosivos de hasta 1.800 kilos, aún quedaban más de 300 defensores activos.
El mayor Piotr Gavrílov lideró la última resistencia hasta el 23 de julio, logrando proteger documentos militares y el estandarte del regimiento antes de su captura.
Gavrílov sobrevivió a los campos de concentración y fue condecorado en 1957.
La leyenda de la fortaleza quedó inmortalizada en un mensaje hallado en sus muros: “Muero, pero no me rindo. Adiós, Patria”. Esta frase, junto a los hechos ahora documentados, refuerzan la relevancia de Brest como uno de los capítulos más heroicos de la Segunda Guerra Mundial.