Un reciente informe (Cost of War Project) publicado por la Universidad de Brown, ha estimado que Estados Unidos, en veinte años de guerra contra Afganistán, ha gastado 2,26 billones de dólares; es decir, unos 300 millones de dólares por día. Y el mundo se pregunta: ¿Valió la pena?
¿Qué ganaron la OTAN y Estados Unidos con lanzar esta guerra contra Afganistán?
Tras promover la guerra e intervención más larga de su historia, el Presidente Joe Biden, ha ordenado el retorno de las tropas estadounidenses. Paradójicamente, la Casa Blanca, ha afirmado que “la solución en Afganistán no es militar”.
“Nuestra misión en Afganistán no era construir una nación, ni crear una democracia unida. Nuestro único interés nacional ha sido y sigue siendo prevenir un ataque terrorista en Estados Unidos”, ha confirmado Biden, ante la mirada absorta del mundo.
Como aliado clave, Estados Unidos tuvo el grueso de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), criticada por jugar un papel bélico y destructivo.
La Misión de Adiestramiento de la OTAN en Afganistán, instaló ni más ni menos que unos 70 campos de entrenamiento para los soldados afganos. ¿Qué logró? Agudizar más la crisis.
En dos décadas, se han desplegado alrededor de 300 mil soldados estadounidenses, en Afganistán, teniendo como eje, la base militar de Bagram.
Los costos humanos van mucho más allá. Unos 2,500 militares estadounidenses y 4 mil contratistas civiles, perdieron la vida en esta guerra.
Pero las mayores cifras de muertos las ha puesto Afganistán. Informes advierten de unos 69 mil efectivos de la policía militar y unos 47 mil civiles fallecidos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), registra que el conflicto ha dejado millones de desplazados y al menos 26 mil niños y niñas, asesinados o mutilados.
Los eventos, han llevado al grupo talibán a tomar el dominio del país; seguido de una vergonzosa huida del presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, hacia los Emiratos Árabes Unidos.
El derrocado exmandatario, en su huida, se habría llevado un jugoso botín, en cuatro vehículos, dejando incluso parte de su fortuna en medio de una pista de aterrizaje, al no alcanzar todo el dinero en un helicóptero.
Este 16 de agosto, el pánico y el caos, se apoderaron en el aeropuerto de Kabul, cuando afganos intentaban salir del país, por la vía aérea.
Al menos siete personas murieron, cayendo en pleno vuelo. Las víctimas, de forma desesperada, se aferraban a las ruedas del avión.
Las imágenes del retorno de los soldados norteamericanos, abandonando Afganistán, advierten una contundente derrota de Washington.
Los invasores, a su paso, han dejado un largo rastro de destrucción y muerte.
El desafío hoy es que países como Rusia, China, Irán y Paquistán, puedan gestionar la paz y estabilidad, con los talibanes en el poder, a través de una transición pacífica.