Una guerra podría estarse gestando en El Salvador entre el Gobierno y las pandillas. Tras un sorprendente aumento de homicidios, el presidente Nayib Bukele, inició un operativo contra las maras. En pocos días, las autoridades han arrestado a miles de miembros de estas organizaciones criminales.
¿En qué contexto se desarrollan las nuevas medidas contra las pandillas?
En el año 2019, Bukele implementó el polémico mecanismo de seguridad denominado Plan de Control Territorial. Este pretendía disminuir la incidencia criminal de las pandillas en el país. Ese año, según el balance de InSight Crime, El Salvador fue quinto país de América Latina con el mayor número de homicidios.
Sin embargo, a través del controversial plan, el Gobierno salvadoreño implementó la mejora de instalaciones policiales, modernización de equipos, estímulos económicos y la integración de más de 16 mil soldados y 22 mil policías adicionales a las labores de seguridad.
Homicidios incrementan en El Salvador a manos de pandillas
En total, el Plan de Control Territorial entre 2019 y 2021 tendría un costo de $575.2 millones de dólares. Según cifras del Estado salvadoreño, 7 de cada diez personas en ese país consideraban que el plan influía positivamente para que la delincuencia bajara.
Sin embargo, la situación se agravó en el primer trimestre del 2022, cuando las cifras de homicidios se dispararon de manera exponencial. 76 asesinatos en tan solo 48 horas conformaban un nuevo récord. El Ejecutivo solicitó el estado de excepción por 30 días prorrogables. A esto se sumaron medidas estrictas para los mareros encarcelados, lo cual fue duramente criticado por organismos de Derechos Humanos.
Bukele, autoritario y dictatorial ante organismos internacionales
“No me importa lo que digan los organismos internacionales. Que vengan a proteger a nuestra gente. Que vengan a llevarse a sus pandilleros, si tanto los quieren. Se los entregamos al dos por uno”, declaró en un acto público Bukele.
No es la primera vez que Bukele es criticado por organismos internacionales y por gobiernos occidentales, quienes lo han tachado de autoritario y dictatorial, por la forma en que este ejecuta sus políticas.
Refiriéndose a la actual situación de las pandillas, el mandatario refirió que, “por allí andan rumores de que quieren empezarse a vengar de la gente honrada al azar. Hagan eso y no habrá ni un tiempo de comida en las cárceles”.
Durante este operativo, las autoridades han arrestado a más de 6 mil integrantes de pandillas. También se ha habilitado la pena a menores y se han recrudecido las medidas dentro de los sistemas penitenciarios. Se calcula que en total existen 70 mil pandilleros activos operando en el 94 % del territorio salvadoreño, mientras que unos 18 mil se encuentran encarcelados.
La medida más reciente y una de la más polémica, ha surgido contra la prensa nacional, pues en una nueva Reforma al Código Penal, el Poder Legislativo estableció sancionar a medios de comunicación que “reproduzcan o transmitan mensajes o comunicados que puedan generar zozobra y pánico en la población”.
La reforma contempla una condena de 10 a 15 años de prisión, por reproducir mensajes que causen zozobra y pánico en el país, entre otras disposiciones. Distintos periodistas en rechazo a esta medida, la han catalogado como “Ley Mordaza”.
Fronteras en alerta por posible ingreso de miembros de pandillas de El Salvador
El operativo de Bukele ha encendido las alarmas en la región, especialmente en Honduras y Guatemala, que han decidido incrementar la vigilancia y seguridad en sus fronteras, para evitar el ingreso de pandilleros que huyan de territorio salvadoreño.
La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas hondureñas declararon estar en «alerta», tanto en los puntos fronterizos de cruce de personas, como en «puntos ciegos» para evitar que integrantes de «maras» de El Salvador crucen a territorio hondureño.
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Por su parte, la Policía Nacional Civil guatemalteca, detalló que se «realizan operativos» de seguridad en los departamentos (provincias) de Jutiapa y Chiquimula, ambos ubicados en el oeste de Guatemala y en puntos fronterizos con El Salvador.
Las labores de vigilancia están a cargo de «agentes de las Comisarías Departamentales y Unidades Especializadas», precisó la misma fuente.
¿Negociaciones entre maras y el Gobierno de El Salvador?
La oposición ha determinado de que en realidad, los logros de Bukele con respecto a la reducción de los crímenes, se debió en gran parte por la negociación del Gobierno con las pandillas en el año 2020. En una investigación promovida por el ex fiscal general de la República, Raúl Melara, se reveló que el gobierno de Bukele sostuvo negociaciones con tres de las principales pandillas del país a cambio de prebendas. Dicha investigación fue paralizada y removidos los hallazgos por parte del nuevo fiscal Rodolfo Delgado, nombrado por el partido oficialista Nuevas Ideas.
«La baja en la cifra de homicidios estaba centrada en el poder de las pandillas de abrir y cerrar a voluntad la válvula de los homicidios, y esa ha sido su moneda en la negociación bajo la mesa con Bukele. Todo parece indicar que el horror del fin de semana es el fracaso de esas negociaciones. Setenta y cuatro muertos en 48 horas. Fin del engaño del Plan Control Territorial», afirmaba en un editorial El faro, muy crítico al actual gobierno.
La realidad que impera en El Salvador
El Salvador tiene uno de los sistemas penitenciarios más sobrepoblados del mundo. Según el Banco Mundial debido a la pandemia, se espera que la tasa de pobreza aumente hasta 5,9 puntos porcentuales.
Además, El Salvador cuenta con una de las mayores proporciones de población vulnerable de la región (48 %), y una disminución adicional de la actividad económica podría resultar en una proporción significativamente mayor de personas en riesgo de caer en la pobreza, que en 2019 se situaba en un 22.3 %.
Sumado a lo anterior, años de guerra civil y migraciones masivas de su población hacia los EE.UU., han convertido a los salvadoreños, en la mayor comunidad latina en EE.UU. y lo más paradójico es que fue precisamente en EE.UU. donde surgieron estas maras.