Científicos revelan que será mucho más probable que ocurran erupciones volcánicas a gran escala, que impactos de asteroides contra la Tierra, y que la humanidad no se encuentra preparada ante esta situación que exterminaría la civilización.
Expertos del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Birmingham, publicaron a través de la revista Nature, su investigación sobre el riesgo que representa una posible erupción volcánica en el planeta, sus repercusiones y la falta de preparación ante estos fenómenos.
El mundo no está preparado
Datos recopilados recientemente de núcleos de hielo sugieren que “la probabilidad de una erupción con una magnitud de 7 (10 o 100 veces más grande que Tonga), o mayor, durante este siglo, es de 1 en 6”.
La preocupación de los científicos se debe a que durante el próximo siglo “las erupciones volcánicas a gran escala tienen cientos de veces más probabilidades de ocurrir que los impactos de asteroides y cometas juntos”, y pese a esta información el mundo está «lamentablemente mal preparado» para una erupción volcánica masiva y sus repercusiones.
La investigación destaca que la actual falta de inversión gubernamental en monitoreo y respuesta ante posibles desastres volcánicos es una imprudencia cometida a nivel global, teniendo en cuenta la inyección a otros fondos para prevenir escenarios, como el proyecto DART de la NASA, con un presupuesto de $300 millones, destinado a probar las capacidades futuras para la desviación de asteroides.
La erupción reciente de mayor fuerza
Según los investigadores “la erupción masiva del volcán Hunga Tonga–Hunga Ha’apai este enero en Tonga, fue el equivalente volcánico de un asteroide que ‘casi choca’ zumbando cerca de la Tierra”. Otros datos históricos destacan que «la erupción más grande fue el estallido del Monte Pinatubo en Filipinas en 1991” que arrasó con la vida de unas 100 mil personas.
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Tan solo esta erupción, trajo daños que ascendieron al 18.5 % de PIB de Tonga, el corte de comunicaciones de la región con el mundo exterior durante varios días, tsunamis que llegaron hasta Japón, América del norte y del sur.
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En el caso que la erupción tuviera una duración mayor a 11 horas, su límite, “hubiera liberado más cenizas y gas, de haber ocurrido en áreas más densamente pobladas del sudeste asiático, o cerca de una alta concentración de rutas de navegación vitales, redes eléctricas u otra infraestructura global crucial, habría tenido repercusiones para las cadenas de suministro, clima y recursos alimentarios en todo el mundo”, aseguraron Michael Cassidy y Lara Mani, coautores del estudio.
¿Podemos evitarlo?
A pesar de todo el peligro que el mundo corre por estos desastres naturales casi impredecible e imparables, los investigadores argumentan que aún podemos tomar algunas medidas para protegernos de la devastación volcánica, como aumentar la vigilancia y el monitoreo, una mayor educación y preparación pública sobre el peligro que representan los volcanes, manipulación del magma, y por supuesto, el apoyo de gobiernos y entidades con recursos que faciliten los estudios.