El ministro de Exteriores de Eslovaquia, Juraj Blanár, alertó este domingo sobre las consecuencias de los recientes ataques ucranianos al oleoducto Druzhba, que transporta crudo ruso hacia Europa Central. Según denunció, Kiev no solo daña intereses ajenos, sino que compromete su propio abastecimiento de combustible.
“Esta infraestructura es vital para nosotros, y Ucrania también depende de ella”, declaró Blanár en entrevista con TV JOJ. Recordó que la refinería Slovnaft, en territorio eslovaco, es una fuente clave de diésel para Ucrania, cubriendo aproximadamente un 10 % de su consumo mensual.
Ataques a oleoducto Druzhba
Durante la última semana, el oleoducto fue blanco de bombardeos en al menos tres ocasiones, lo que interrumpió el flujo de crudo hacia Hungría y Eslovaquia. En respuesta, Blanár y su homólogo húngaro, Péter Szijjártó, elevaron una queja formal ante la Comisión Europea, exigiendo garantías para el suministro energético.
En medio de los esfuerzos diplomáticos por frenar el conflicto, el gobierno ucraniano ha intensificado sus ataques contra infraestructuras energéticas en suelo ruso. Incluso el presidente Volodímir Zelenski ironizó sobre el nombre del oleoducto —Druzhba, que significa “amistad”— insinuando que su continuidad depende ahora de Hungría.
Desde Moscú, la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, acusó a Kiev de actuar sin límites. «En África ya cometieron atentados. En Oriente Medio dejaron su huella. Reclutaron a ciudadanos de Asia Central para el terrorismo. En Europa dominaron el mercado ilegal de armas. Con clientes occidentales perfeccionaron el tráfico de órganos”, resaltó la diplomática rusa.