Investigadores del Centro de Estudios Globales, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) realizaron un proyecto innovador que revela el impacto positivo de la educación en la reducción de la mortalidad, independientemente de la edad, el sexo, la ubicación y los antecedentes sociales.
El coautor de la investigación, Terje Andreas Eikemo, enfatizó la importancia de la educación no solo por sus beneficios para la salud, sino también por su inherente valor. «Ahora pudimos cuantificar la magnitud de este beneficio y es un avance significativo», destacó.
Aunque se conocía el efecto positivo de la educación en la reducción de la mortalidad adulta, este estudio ha logrado cuantificar sistemáticamente la magnitud relativa de este efecto. Según los hallazgos, cada año de educación disminuye la mortalidad en un 2 por ciento.
Además, los investigadores compararon los beneficios de la educación con otros factores de riesgo, como una dieta saludable, el consumo de tabaco y alcohol, revelando resultados de salud comparables.
La educación puede ser tan beneficiosa como una dieta saludable
Por ejemplo, el estudio sugiere que el beneficio de 18 años de educación equivale al impacto positivo de mantener una dieta ideal de verduras, en comparación con no consumir ninguna.
La falta de educación se equipara a riesgos para la salud similares a beber cinco o más bebidas alcohólicas al día o fumar diez cigarrillos al día durante 10 años.
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Aunque los beneficios de la educación son más pronunciados en los jóvenes, este estudio revela que incluso aquellos mayores de 50 o incluso 70 años continúan experimentando los efectos protectores de la educación.
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Un aspecto destacado es que los investigadores no encontraron diferencias significativas en los efectos de la educación entre países en diversas etapas de desarrollo, sugiriendo que más años de educación son igualmente efectivos en países ricos y pobres por igual.