Europa ha gastado cerca de unos 800 mil millones de euros, para amortiguar el incremento de la energía, desde septiembre de 2021, según divulgó a través de un reciente informe el Grupo de Investigación, Bruegel, en Bruselas.
La situación se ha agudizado, de acuerdo a los análisis, por el efecto boomerang de las medidas coercitivas que han aplicado los gobiernos europeos a Rusia, incluyendo la restricción para adquirir los recursos energéticos de la nación euroasiática.
En cifras, según desglosa Bruegel, los países de la Unión Europea han gastado al menos 681 mil millones de euros, para sortear la crisis energética; frente a Reino Unido y Noruega, quienes han destinado 111 mil millones de euros, en conjunto.
En la lista de gastos, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, son las naciones que más han gastado en contrarrestar la crisis energética.
El reporte, detalla que la situación energética en Europa, ya se venía reflejando, meses antes de la Operación Especial Militar de Rusia en Ucrania; probablemente ligada, inicialmente, al mal manejo de la pandemia de la Covid-19.
Para los analistas, las propuestas que han dado los diferentes países europeos, para enfrentar esta crisis, son realmente riesgosas. Entre las medidas, han puesto un límite a la compra del gas ruso; restricciones en el gasto que es utilizado en la generación de energía, y otras limitantes que no han sido nada efectivas.
Bruegel aseguró que los países europeos, se están quedando sin margen fiscal para continuar financiando el déficit, y en un tiempo de corto plazo, ya no podrán asumir los costos tan altos de los recursos energéticos, teniendo que cargarlos a la población.
Giovanni Sgaravatti, quien forma parte del colectivo de investigación de este reporte, explicó que “en lugar de estar creando medidas de contención de precios, los Gobiernos deberían fomentar más políticas de apoyo a los ingresos”.
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La crisis energética en Europa, ha desencadenado en una ola de protestas en esas naciones, producto de la deuda, la inflación, los pésimos salarios y la caída del empleo. Para paliar un poco estas urgencias, la Comisión Europea ha propuesto una intervención en los mercados energéticos, y así hacer frente a las elevaciones de los precios.
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La propuesta más discutida actualmente, en Europa, es crear una transición hacia una energía limpia o renovable, para tratar de reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sin embargo, es una estrategia que aún no tiene pie ni cabeza, debido a la carga económica que tienen estas naciones, producto de la inflación.