La llegada del lecanemab, el fármaco desarrollado para combatir el alzhéimer, fue uno de los hechos más prometedores en las últimas décadas, y a pesar que ha demostrado reducir el deterioro mental en un 27 %, aún existe la sensación de incertidumbre tras anunciar al menos 2 muertes vinculados a esta droga experimental.
La investigación del fármaco, publicada a través de la revista The New England Journal of Medicine, deja al lecanemab como el logro de los investigadores que pone fin a años de trabajos que terminaron en el fracaso.
Las pruebas en humanos fueron realizadas en distintos centros médicos durante más de un año, para una muestra de 1,795 pacientes con edades entre los 50 y 90 años que se encontraban con las primeras etapas de la enfermedad.
En particular, las conclusiones del estudio indican que el fármaco realiza un ataque exitoso a la placa pegajosa, beta-amiloide, que se acumula en el cerebro de personas que presentan esta enfermedad, pero también añade que el fármaco fue asociado “con efectos adversos” y plantea la necesidad de “ensayos más prolongados” para así determinar una mejor eficacia y seguridad.
La polémica del fármaco experimental fue desatada un día antes de la presentación de estos resultados, con el reporte de la muerte de dos pacientes que participaron en el ensayo clínico.
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Al respecto, el periodista de la revista Science, Derek Lowe, declaró que, uno de los pacientes, continuaría con vida de no haber formado parte de la muestra para el experimento de lecanemab.
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Los expertos indican que las respuestas del fármaco han sido esperanzadoras a nivel estadístico, pero también tiene un efecto clínico perceptible, y hacen falta más estudios para determinar si los efectos positivos aumentan o se estancan, como lo que ocurre con los fármacos hasta ahora disponibles.