El Buró Federal de Investigaciones (FBI), desde hace años mantiene una investigación abierta contra la Agencia Central de Inteligencia (CIA), por presuntas conexiones con dos de los terroristas que estrellaron los aviones Boeing 767 contra el World Trade Center de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
Todo esto a raíz de un documento que vio la luz, el cual expone que los dos individuos involucrados estaban siendo monitoreados de cerca por la CIA e incluso podrían haber sido reclutados por esa agencia mucho antes de que ayudaran a colisionar el par de aviones.
Las notas del documento contienen extensos testimonios de varios investigadores del FBI que alegan que la CIA ha obstruido las investigaciones oficiales, inclusive mintiendo sobre el hecho de poseer archivos de perfiles de los terroristas involucrados.
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De los puntos más sólidos que respaldan estas acusaciones contra la CIA, es el hecho que, junto a estos terroristas existía un presunto intermediario de la inteligencia de Arabia Saudí, de nombre Omar Bayumi. El enlace, organizó un sueldo fijo y el hospedamiento para los dos hombres inmediatamente después de su llegada a Estados Unidos.
No obstante, de acuerdo con un agente, cuyo nombre en clave en los archivos consta como el código CS-23, señala que la información sobre Bayumi nunca fue proporcionada al FBI por parte de la CIA. Este agente explicó que probablemente sucedió de esa manera porque Omar Bayumi era «un oficial de inteligencia al servicio del Gobierno saudita».
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Además, Bayumi agrega que la CIA hizo todo lo posible para estropear realmente toda la investigación, incluso mucho antes de que esta empezara a concebirse, ya los del servicio de inteligencia habían movido los hilos.