
El crudo invierno ha cobrado la vida de al menos 17 palestinos en la Franja de Gaza durante diciembre, entre ellos cuatro niños, debido a hipotermia.
Así lo confirmó el portavoz de la Defensa Civil gazatí, Mahmud Basal, quien advirtió que las bajas temperaturas, combinadas con lluvias intensas y vientos fuertes, han agravado una situación ya extrema para la población desplazada.
Basal detalló que solo este mes más de 17 edificios residenciales colapsaron y al menos 90 sufrieron daños estructurales severos por inundaciones y precipitaciones torrenciales.
Como consecuencia, miles de personas quedaron expuestas a riesgos adicionales, sin viviendas seguras ni protección adecuada frente al frío nocturno.
El vocero señaló además que cerca del 90 % de los refugios improvisados para desplazados fueron anegados por el temporal.
Las lluvias destruyeron o dañaron gravemente más de 22 000 tiendas de campaña, dejando a familias enteras a la intemperie. En este contexto, la caída de las temperaturas se ha convertido en una amenaza directa, especialmente para la niñez.
“La falta de refugios adecuados, la escasez crítica de mantas y sistemas de calefacción, sumadas a la destrucción de infraestructuras y al colapso de servicios básicos, han profundizado la emergencia humanitaria”, afirmó Basal.
Actualmente, cerca de 2,1 millones de personas continúan desplazadas pese al alto el fuego vigente desde el 10 de octubre.
Aunque la tregua contemplaba la apertura de pasos fronterizos para el ingreso sin restricciones de ayuda humanitaria, alimentos y combustible, Israel mantiene la mayoría de los cruces cerrados, permitiendo solo entradas limitadas a un territorio devastado por casi dos años de guerra y acusaciones de genocidio.




