
Al menos 25 palestinos han muerto en la Franja de Gaza a causa del frío extremo y las lluvias intensas registradas durante el mes de diciembre, en un contexto marcado por el desplazamiento masivo de la población y las limitaciones impuestas a la entrada de ayuda humanitaria por parte de Israel.
De acuerdo con datos recopilados por la agencia palestina WAFA, entre las víctimas mortales se encuentran al menos seis niños, afectados por hipotermia tras el descenso brusco de las temperaturas y la falta de refugios adecuados.
“Hipotermia provocada por las lluvias y el brusco descenso de las temperaturas”, mencionó la agencia.
Las condiciones climáticas, inusualmente severas para la región, han tenido un impacto devastador sobre una población ya debilitada por meses de bombardeos, destrucción de infraestructura y desplazamiento forzado. Durante el mismo período, edificios previamente dañados colapsaron y decenas de viviendas sufrieron derrumbes parciales, aumentando el riesgo para miles de personas.
La situación en los campamentos de desplazados se ha visto particularmente afectada, con la destrucción o inundación de la mayoría de las tiendas de campaña, lo que dejó a numerosas familias sin refugio ni pertenencias básicas. Esta realidad se suma a las restricciones persistentes a la asistencia humanitaria.
“Muerte lenta”
Las autoridades palestinas han advertido que, pese al alto el fuego anunciado, continúan los obstáculos para la entrada de ayuda esencial, mientras la ofensiva israelí ha dejado decenas de miles de muertos y heridos desde octubre de 2023.
Organizaciones locales alertan que, sin un acceso humanitario pleno y sostenido, el impacto combinado del invierno, la destrucción y el bloqueo seguirá cobrando vidas entre una población que permanece expuesta y sin protección adecuada.




