Hace 21 años, Estados Unidos abrió el campo de detención en la Bahía de Guantánamo, una prisión militar establecida en el contexto de los atentados del 11 de septiembre de 2002. Pero han pasado cuatro mandatos presidenciales, y ahora ni Joe Biden se compromete a cerrar.
Guantánamo hoy es considerada la presión de máxima seguridad más cara del mundo, y pese a que le cuesta al Gobierno de los Estados Unidos unos 500 millones de dólares al año, no ha optado por cerrarla. ¿A qué se debe esta obstinada decisión?
Actualmente, el campo de detención mantiene bajo prisión a unos 39 musulmanes. Pero ninguno de los encarcelados, ha recibido un juicio justo, sino que han sido sometidos a vejámenes y torturas, bajo un proceso totalmente ilícito y en contra del derecho internacional, según distintos organismos.
Para los analistas políticos, Estados Unidos no ha querido cerrar Guantánamo, porque no se trata de un trámite tan sencillo de clausura de las instalaciones, sino que el Gobierno tendría que dar una rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas en este centro.
Un grupo de expertos de Naciones Unidas, denunció además que la prisión de Guantánamo es un símbolo de la “impunidad” de la que gozan los responsables, y han pedido al Gobierno de Biden a que se proceda con el cierre de las instalaciones y abrir un proceso de reparación para las personas que han sido víctimas de estas violaciones.
De las 39 personas que permanecen encerradas en este campo, 13 de ellas están en calidad de detención indefinida; 12 están enfrentando cargos, impuestos por las comisiones militares y las demás se encuentran en un limbo de legalidad.
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Para el organismo Amnistía Internacional, “Guantánamo es una mancha imborrable en el historial de Estados Unidos”, y ha pedido el cierre inmediato de la prisión, el traslado de los reclusos y que se abra una investigación y sanción para quienes son responsables de tortura y desaparición forzada.
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En el contexto de la visita del presidente Joe Biden a México, durante la Cumbre de Líderes de América del Norte, varias filiales de Amnistía Internacional realizaron una protesta frente a la embajada de Estados Unidos, en la ciudad azteca, donde volvieron a pedir el cierre de Guantánamo.