
Las intensas inundaciones que azotan la isla de Sumatra, en Indonesia, suman al menos 985 muertos, 275 desaparecidos y cerca de 3,5 millones de personas afectadas, catalogándose como uno de sus peores desastres en los últimos años.
“El Gobierno seguirá brindando ayuda a todas las personas que lo necesiten y ofrecemos disculpas por las zonas que aún no han recibido apoyo”, afirmó el presidente indonesio, Prabowo Subianto, durante su segunda visita a la provincia de Aceh, donde alrededor del 60 % del territorio continúa sin suministro eléctrico.
El desastre destruyó infraestructuras clave, incluidas casi 600 escuelas, 400 lugares de culto, 200 centros de salud y más de un centenar de puentes, mientras amplias zonas permanecen sin electricidad ni agua potable.
Las autoridades estiman que los costos de recuperación y reconstrucción podrían superar los 3.000 millones de dólares, según la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres (BNPB).
“Hay un número significativo de viviendas que debemos ayudar a reconstruir. Además, proporcionar medicamentos y ropa a las víctimas también es una prioridad urgente”, declaró el presidente.
El impacto regional se agrava con inundaciones recientes en Tailandia y Sri Lanka, lo que convierte a este episodio en uno de los desastres naturales más graves del sudeste asiático en su historia reciente.




