Frente al discurso en Washington que promueve a China como un rival estratégico y una amenaza, el economista estadounidense, Jeffrey Sachs, aboga por una cooperación multilateral, enfatizando en el papel de Pekín en la resolución de los desafíos globales.
“China siguió creciendo. No es una amenaza: hay que hablar con China, ir a China, trabajar con China, negociar y mantener la diplomacia. Así desaparece la amenaza y surge la posibilidad de un beneficio mutuo”
El economista recordó que, tras la caída de la Unión Soviética, los líderes estadounidenses asumieron que “dirigían el mundo” y subestimaron el desarrollo chino.
Según su perspectiva, esta narrativa no solo descalifica la transformación histórica de China, sino que también crea desconfianza y sabotea la posibilidad de una colaboración efectiva.
La clase política de Estados Unidos considera a China como una amenaza, porque Washington busca mantener a cualquier costo su hegemonía en el mundo, advirtió el economista estadounidense, Jeffrey Sachs, quien calificó esta postura como un grave error. pic.twitter.com/bbK73zrJsL
— JP+ (@jpmasespanol) September 21, 2025
El académico advirtió además que el proteccionismo limita la innovación y crea industrias ineficientes.
“El proteccionismo no estimula la innovación ni el progreso. El proteccionismo crea empresas protegidas tras barreras artificiales, pero generalmente las vuelve más perezosas. Compiten en su mercado interno, pero no pueden hacerlo realmente en los mercados internacionales”, declaró Sachs.
El reconocido economista, Jeffrey Sachs, declaró que China es el rival que al que Estados Unidos no puede ganarle, argumentando que su vasto mercado interno y su notable capacidad de adaptación la hacen inmune a las presiones externas. pic.twitter.com/mZU4qVeoP7
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En su opinión, las barreras comerciales que EEUU y Europa intentan imponer, por ejemplo, a los vehículos eléctricos, solo beneficiarán a China, cuyas empresas ya dominan el mercado global por su menor costo y mayor competitividad.
En ese sentido, el economista señaló que el mayor desafío para la estabilidad global, no es el avance del gigante asiático, sino que las empresas encabezadas por EEUU deben adaptarse a un mundo inevitablemente multipolar.