Nicaragua está llena de tesoros insospechados. A 195 kilómetros de Managua, los viajeros se encuentran con el hermoso poblado de San Juan de Limay, del departamento de Estelí, que destaca por su atractiva ruta llena de arte y asombro: “El Corredor de las Gordas”.
¿Qué esconde El Corredor de las Gordas?
Viajamos hasta este maravilloso destino. En el recorrido hacia San Juan de Limay, nos vamos encontrando con unas 20 esculturas de “las gorditas”, talladas a mano con la preciosa piedra de río o piedra marmolina, estas pueden llegar a medir hasta metro y medio de alto.
Las gorditas, son bellas esculturas que enaltecen la belleza de la mujer. Las monumentales piezas de arte, han sido trabajadas con esfuerzo y dedicación por hombres, mujeres de esta localidad del norte de Nicaragua.
Llegado al sitio, nos topamos con los creadores de estas esbeltas figuras, quienes, desde sus pequeños talleres, van dando forma a golpe de cincel y lija, a estos grabados.
Con parquedad y dedicación, Juan Carlos Sánchez, uno de los artesanos de la marmolina, nos explica que estas esculturas, son talladas en diferentes tamaños, representando no solo la exaltación femenina, sino también la fertilidad y productividad de la tierra.
“Somos reconocidos como “Hermanos Sánchez” y ya tenemos aproximadamente unos 35 años de estar elaborado esculturas”, asegura, mientras va puliendo una de las esculturas. De esta forma, San Juan de Limay, se ha caracterizado por sus hermosas “gorditas”.
Una representación de la Madre Tierra
Hoy, el corredor turístico, conocido por su frescura y neblina, es visitado cada año por cientos de personas de todo el mundo, quienes además disfrutan de los hermosos y verdes paisajes que se muestran en esta localidad; además del calor y hospitalidad de las familias artesanas.
“Con las gorditas, nosotros queremos representar la Madre Tierra”, señala el artesano, mientras continúa moldeando la pequeña imagen, y añade: “La Madre Tierra, representa abundancia, fertilidad y riqueza”.
En San Juan de Limay, abundan los talleres, desde donde se elaboran las esculturas de “Las gorditas”, y para preservar esta tradición, se han instalado pequeñas escuelas, donde niños y niñas aprenden el oficio.
Te puede interesar: Volcán de Nicaragua entre los 10 mejores parques de Centroamérica
Mientras enseña a uno de los niños, el arte de la marmolina, Ramón Vinel, también escultor de la zona, asegura sentirse orgulloso al poder transmitir estos conocimientos a las nuevas generaciones.
“Tengo la dicha de estar demostrando lo que yo aprendí, dejar esa herencia a estos niños, para que ellos un día sean los futuros artesanos”, expresó entre risas, asegurando que todo turista, que visita San Juan de Limay, van en busca de sus encantadoras “gorditas”.