Un grupo de arqueólogos descubrió en una remota área de la región de Siberia, los asentamientos fortificados más antiguo del mundo, que evidencian complejas estructuras de defensa de hace unos 8 mil años.
“Nuestros nuevos exámenes paleobotánicos y estratigráficos revelan que los habitantes de Siberia occidental llevaban un estilo de vida sofisticado basado en los abundantes recursos del entorno de la taiga”, afirmó Tanja Schreibe del Instituto de Arqueología Prehistórica de Berlín.
Un descubrimiento en una región inesperada
“No tenían que cultivar ni obtener recursos. El entorno que les rodea se los proporciona estacionalmente. Es como cosechar la naturaleza”, añadió Henny Piezonka, arqueólogo de la Freie Universität de Berlín.
Los investigadores señalan que “la gestión de estos excedentes provocó cambios en la estructuración sociopolítica de las poblaciones y la aparición no solo de desigualdades en la riqueza y derechos de propiedad exclusivos, sino también de una mayor cohesión comunitaria, por ejemplo, a través del trabajo colectivo y el uso de construcciones monumentales”.
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“Si se descubriese algo como esto en el Próximo Oriente, como parte de una sociedad agrícola, no sería ninguna sorpresa. Pero este hallazgo es único, porque se ha realizado en una zona inesperada”, explicó Piezonka.
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Sin embargo, los investigadores aún no logran concretar un acuerdo acerca de qué protegían los habitantes de Amnya, por lo que sospechan que existía una acumulación de alimentos como pescados, carnes, ahumados y conservas, típicas en las temporadas estacionarias de la región.