Tensión y manifestaciones marcan la transición de poder.
Tensión y manifestaciones marcan la transición de poder.

Este 29 de diciembre, Mijeil Kavelashvili, asumió oficialmente el cargo de presidente de Georgia, en una ceremonia celebrada en el Parlamento de Tiflis, en un contexto de manifestaciones en la capital.

En el evento, transmitido en vivo, estuvieron presentes los miembros del partido gobernante Sueño Georgiano, los más altos funcionarios judiciales y varios invitados de renombre, aunque los embajadores extranjeros no acudieron en masa.

El exfutbolista fue aprobado como presidente con 224 de los 300 votos por Colegio Electoral del país.

La presidenta saliente, que había cuestionado la legitimidad de las recientes elecciones parlamentarias del 26 de octubre, se mostró en apoyo a las protestas de la oposición, negándose a reconocer la victoria de Sueño Georgiano.

Poco antes de la toma de posesión de Kavelashvili, unos dos mil manifestantes, convocados por Zurabishvili, se concentraron frente al Palacio Presidencial.

Durante la ceremonia, la presidenta electa de Georgia abandonó la residencia presidencial y se unió a los manifestantes, declarando su intención de pasar la víspera de Año Nuevo en la avenida Rustaveli, en el centro de Tiflis, junto a los opositores del actual gobierno.

Kavelashvili asume la presidencia entre tensiones políticas

El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, había advertido a Zurabishvili sobre las consecuencias legales de su resistencia, señalando que podría enfrentar arresto si persistía en su postura.

A pesar de las tensiones, la ceremonia de investidura transcurrió sin incidentes graves, aunque con un ambiente de confrontación política evidente en las calles de la capital.

Mientras el gobierno de Sueño Georgiano se consolida, la oposición sigue cuestionando su legitimidad, lo que podría tener implicaciones importantes para la estabilidad política y social de la nación.