Decenas de miles de personas salieron este sábado a las calles de Estados Unidos en la segunda edición de la marcha “No Kings”, una movilización que denunció el rumbo autoritario que impulsa la administración de Donald Trump. Las protestas se desarrollaron en más de 2.500 ciudades y fueron calificadas como la concentración más grande contra el Gobierno desde el inicio de su segundo mandato.
La jornada se produce en medio del cierre del Gobierno federal y de una crisis institucional que ya se prolonga por casi tres semanas. En lugares emblemáticos como Times Square y Washington D.C., las consignas fueron claras: “Resistir a los traidores fascistas” y “No a las coronas, no a los reyes”, en referencia a lo que consideran una presidencia con tintes monárquicos.
Los manifestantes acusan a Trump de erosionar las instituciones democráticas y de concentrar el poder político en detrimento del Congreso y de las libertades civiles. Diversas organizaciones sociales advirtieron que la actual política interna de Washington amenaza derechos fundamentales conquistados durante décadas.
Entre las principales denuncias figuran las detenciones masivas de inmigrantes por el ICE, los recortes en educación y protección ambiental, la manipulación de distritos electorales y la militarización de ciudades como Los Ángeles para reprimir protestas pacíficas.