Para ganarle a la pandemia, Nicaragua se ha valido de su gran experiencia en jornadas de vacunación que ha implementado desde 1981, y su inédito modelo donde se estrecha una alianza entre pobladores y las autoridades de salud.
El siguiente reto que enfrenta el país centroamericano, es inocular a toda su población en un mundo con una desigual distribución de vacunas.
Ministra de Salud, Martha Reyes, ha indicado que el Plan Nacional de Vacunación, contra la COVID-19, se vino abordando desde finales del año pasado (2020); este incluye una serie de procesos que tiene que ver con la preparación.
“El cronograma de aplicación de la vacuna, los grupos vulnerables definidos dentro del mismo, según la disponibilidad de la vacuna, se van estableciendo”, refirió la ministra.
A su vez, este proceso, contempla tener una adecuada cadena de frío en todos los niveles, un plan de comunicación y difusión a la población; y un plan de seguimiento de la vigilancia de los cuadros o reacciones adversas que se pueden presentar, al aplicar la vacuna.
Nicaragua, posee la menor tasa de contagios y mortalidad por coronavirus en la región centroamericana, resultado de un sistema de salud pública gratuita, fortalecido desde el 2007.
El Gobierno de Nicaragua informó de la compra de 2 vacunas disponibles en el mercado, las cuales requieren una estricta cadena de refrigeración según protocolos internacionales.
Las vacunas anunciadas por el gobierno del Presidente Daniel Ortega son: La vacuna Sputnik V, (almacenamiento +2 a 8°C y congelación a -18°C), y Covidshield (+2 a 8°C y congelación -18°).
El actual comportamiento epidemiológico de Nicaragua proyecta una meta de inmunización contra la COVID-19 de un 70 % entre el período 2021-2022.
El país centroamericano se destaca por tener uno de los mejores Sistemas de Salud Pública de la región Latinoamérica, preparados para presentes y futuras emergencias sanitarias.