
La Organización de Naciones Unidas desde su fundación en 1945 y sobre todo en los últimos años se ha convertido en un organismo casi servil a los intereses de las potencias occidentales en detrimento de los países emergentes y del Sur global.
Estados Unidos por medio de fuertes amenazas y presiones, ha logrado que naciones miembros de la ONU lo apoyen, en un momento determinado, en sus guerras de rapiñas o invasiones contra países que no se han doblegado a su hegemonía como sucedió en Guatemala, República Dominica, Nicaragua, Cuba, Irak, Siria, Libia o Afganistán, por citar unos pocos.
También impide que sus aliados puedan ser condenados como el caso de Israel, que comete el genocidio más grande del siglo XXI contra los palestinos.
El silencio cómplice de la ONU y la OEA ante el secuestro de niños en EEUU fue condenado por el ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, quien denunció que estos entes responden a los intereses de Washington. pic.twitter.com/xmoquj8nqZ
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Asimismo omite o ignora cualquier Resolución a favor de un país del Sur como Cuba a pesar de que la Asamblea General ha aprobado en 32 ocasiones y por abrumadora mayoría, levantar el criminal bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene contra la Isla desde hace más de 60 años.
Y muchos se preguntan ¿para qué sirve esa organización internacional si no puede dar solución a esas relevantes demandas de las mayorías, ni puede impedir que sean masacrados y asesinados los palestinos por el régimen israelí con el apoyo militar, económico y político de Washington?
Otra mancha oscura se extiende también para la ONU pues la potencia imperial en decadencia y donde radica desde su fundación la sede del organismo, prohíbe la entrada al país de jefes de Estado o de Gobiernos que no les son afines.
El Copresidente de Nicaragua, Daniel Ortega, cuestionó la inacción de la ONU ante las armas nucleares de Israel y denunció su falta de autoridad para hacer cumplir resoluciones como el fin del bloqueo a Cuba, que tras más de seis décadas sigue causando sufrimiento al pueblo. pic.twitter.com/0V62LF8UuW
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El último caso fue el del presidente cubano Miguel Díaz Canel Bermúdez a quien el régimen del convicto presidente Donald Trump le ha prohibido otorgarle visa para entrar al país.
De esa forma, Díaz Canel, cuyo pueblo ha enfrentado desde 1959 numerosas agresiones, acciones terroristas elaboradas y ejecutadas desde Estados Unidos y un férreo bloqueo para tratar de destruir a la Revolución, no podrá asistir a los debates de las Naciones Unidas para denunciar las atrocidades que comete Washington contra la Isla del Caribe y otros países del mundo en general.
El presidente cubano respondió ante la nueva medida que «lo que molesta a Estados Unidos de Cuba es la verdadera independencia, que no gobiernen aquí las transnacionales, que tengamos salud y educación gratis, que no pidamos permiso para condenar crímenes como el de Israel y Estados Unidos contra los palestinos».
Nicaragua se pronunció en la Asamblea General de la ONU, denunciando las acciones de Israel en contra del pueblo palestino, lo que ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes. pic.twitter.com/7yALfb7HEi
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Como ha sido una constante de la Revolución cubana, la dignidad, soberanía e independencia del país no es negociable bajo ningún concepto ni amenaza.
Hoy más que nunca la mayoría de los gobiernos y pueblos del mundo reclaman, como se acordó recientemente en la Cumbre del BRICS celebrada en Río de Janeiro, la imperiosa necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de ONU, a lo que debe añadirse, la búsqueda de un país más imparcial, justo y democrático que sirva de sede a la organización.