En México, cinco de siete jóvenes que viajaban en una camioneta, fallecieron, luego que efectivos del Ejército dispararan contra ellos, cuando viajaban en Nuevo Laredo, una ciudad fronteriza del estado de Tamaulipas.
Recientemente, la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), confirmó que su personal, en efecto, “accionó sus armas de fuego, cuando escuchó un estruendo”.
Durante este hecho, considerado por la ciudadanía como una masacre y un abuso de autoridad, los militares accionaron al menos 20 disparos. Uno de los fallecidos tenía nacionalidad estadounidense.
Sedena, informó a través de un comunicado oficial que “aproximadamente a eso de las 4:50 de la mañana, el personal militar desplegado en Nuevo Laredo, realizaba reconocimientos en el área, cuando oyeron los disparos de armas de fuego, poniéndose en alerta”.
Sin embargo, uno de los sobrevivientes, Alejandro Pérez, explicó que viajaban en la camioneta, luego de haber estado en una discoteca, cuando al pasar por Nuevo Laredo, los militares les dispararon directamente.
«Disparan a través de las ventanas, disparando a quemarropa en contra de nosotros. Me puse de rodillas diciéndoles que no éramos delincuentes, pero ellos ignoraron lo que les decía», dijo Pérez.
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El presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos Vásquez, confirmó que los familiares de las víctimas, presentaron denuncias contra los militares implicados en este caso.
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El directivo del Comité de DD.HH. explicó que las fuerzas armadas de México, deben seguir un protocolo, el cual marca cinco advertencias antes de tirar a matar; y refirió que solo cuando “hay una agresión de por medio se realizan disparos en defensa de la vida”.
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que no habrá impunidad para nadie, y aseguró que en su Gobierno no está permitida la violación a los Derechos Humanos de los civiles.