La reciente Cumbre del BRICS, llevada a cabo en Johannesburgo, Sudáfrica, ha marcado un hito significativo al incorporar seis nuevos países miembros, estableciendo una estructura multilateral sólida que podría convertir a este bloque en uno de los más influyentes y principales del mundo.
La adhesión de estos nuevos miembros, reconfigura la arquitectura del orden mundial y sus dinámicas de funcionamiento.
Otro punto relevante es el acuerdo para utilizar monedas locales en el comercio entre los países miembros del BRICS, lo que supone un cambio significativo al dejar de depender del euro, el yen y el dólar que son utilizadas como presiones políticas y financieras de sus respectivos emisores.