La directora del Servicio Secreto de EEUU, Kimberly Cheatle, dimitió luego del intento de asesinato del expresidente, Donald Trump, un incidente que suscitó una serie de críticas sobre las deficiencias de la agencia en su misión de protección.
“La audiencia del Comité de Supervisión resultó en la renuncia del Director Cheatle y habrá más responsabilidad por venir. El Servicio Secreto tiene una misión infalible, pero fracasó históricamente bajo la dirección del Director Cheatle”, publicó el Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes en su cuenta de X.
Además, agregó que “en la audiencia del Comité de Supervisión… la directora Cheatle no infundió confianza en que ella tenga la capacidad de garantizar que el Servicio Secreto pueda cumplir su misión protectora. Las atroces fallas de seguridad que precedieron y tuvieron lugar en el mitin de campaña de Butler, Pensilvania, resultaron en el intento de asesinato del presidente Trump, el asesinato de una víctima inocente y daños a otras personas entre la multitud”.
“Si bien la renuncia del Director Cheatle es un paso hacia la rendición de cuentas, necesitamos una revisión completa de cómo ocurrieron estas fallas de seguridad para que podamos evitar que sigan adelante”, refirió el comité norteamericano.
Cheatle asume responsabilidad por falla de seguridad en el atentado contra Trump
Cheatle, quien lideraba el Servicio Secreto desde agosto de 2022, enfrentaba crecientes llamados a su renuncia y múltiples investigaciones sobre cómo el agresor logró acercarse tanto al candidato presidencial republicano durante un mitin al aire libre en Pensilvania.
En su mensaje, la representante del Servicio Secreto señaló que «asumo toda la responsabilidad por la falla de seguridad» y explicó «a la luz de los acontecimientos recientes, he tomado con gran pesar la difícil decisión de dejar el cargo de directora».
A pesar de afirmaciones anteriores de que no renunciaría, la presión creciente y las críticas recibidas en el Congreso por los errores en la protección del expresidente, la llevaron a abandonar el puesto.
La situación se intensificó cuando los miembros del comité investigador cuestionaron, si el Servicio Secreto había asegurado adecuadamente el edificio desde el que se efectuaron los disparos. Las respuestas de Cheatle no lograron satisfacer a los interrogadores.
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En este sentido, Cheatle se negó a proporcionar detalles específicos sobre el número de agentes asignados para proteger a Trump ese día, y no comentó sobre las repetidas solicitudes de seguridad adicional del expresidente.
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La ahora exdirectora del Servicio Secreto admitió que el tiroteo representó «el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas», pero su reconocimiento del problema y su promesa de corregirlo no lograron mitigar las críticas.