
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, criticó a la Unión Europea por la política de inmovilización de activos pertenecientes a terceros países, al considerar que estas prácticas evidencian una conducta sistemática que vulnera principios básicos del derecho internacional. El canciller ruso sostuvo que este tipo de medidas no afectan únicamente a Moscú, sino también a otras naciones como Irán y Venezuela.
«Vemos que los europeos llevan el robo en la sangre, tal y como lo demuestra la congelación de activos rusos […]. Los activos iraníes también están parcialmente congelados, al igual que los activos de Venezuela y muchos otros países», denunció el diplomático.
Lavrov señaló que dentro del propio bloque comunitario existen desacuerdos sobre la posibilidad de utilizar o redistribuir fondos que no pertenecen a la Unión Europea. Indicó que, aunque algunos sectores europeos reconocen los riesgos legales y financieros de estas decisiones, esas advertencias no siempre se reflejan en las resoluciones adoptadas desde Bruselas.
Desde febrero de 2022, Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido mantienen congelados más de 300.000 millones de dólares en activos estatales rusos, de los cuales una parte significativa se encuentra en territorio europeo, principalmente bajo custodia de la entidad financiera belga Euroclear. En este contexto, la UE evalúa emplear esos fondos para respaldar financieramente a Ucrania, una iniciativa que ha reavivado el debate político y jurídico dentro del bloque.
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Diversos Estados miembros han expresado reservas ante esta posibilidad, al advertir que el uso de activos congelados sin un marco legal claramente definido podría sentar un precedente con consecuencias duraderas para el sistema financiero internacional.




