El Gobierno de Rusia denunció el retiro de Suecia de las investigaciones del caso de los gasoductos Nord Stream, calificando la situación de una conspiración internacional contra la nación euroasiática.
“De hecho, se trata de una conspiración internacional para encubrir un crimen grave, un atentado terrorista. Y Estocolmo tiene un rol en dicha conspiración”, advirtió la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova.
En ese sentido, la cadena informativa Sputnik, citó a la alta diplomática rusa: “El sabotaje se cometió en la zona económica especial de Suecia, y la razón de esa «apatía legal» sueca es que el principal beneficiario del ataque es la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden”.
Además, de acuerdo a Sputnik, Zajárova agregó que, pese a la situación, Suecia “carece del derecho y de la voluntad para oponerse” a Estados Unidos.
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A inicios de febrero, en un comunicado Estocolmo informó: “En resumen, la investigación preliminar sueca ha podido establecer y confirmar circunstancias que, en conjunto, llevan a la conclusión de que ya no hay ningún motivo para continuar la investigación preliminar sueca porque se puede suponer que el tribunal sueco carece de jurisdicción”.
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“Colaboramos estrechamente con la investigación llevada a cabo por las autoridades alemanas. En el marco de esta cooperación legal, pudimos transferir materiales que podrían usarse como pruebas en la investigación alemana”, aseguró el gobierno sueco.