Tras revelarse imágenes donde se ve a civiles muertos y atados de manos en la ciudad de Bucha, Ucrania; gobiernos y medios de comunicación occidentales han acusado directamente a las Fuerzas Armadas de Rusia de haber realizado una masacre en dicha ciudad. Moscú ha denunciado y rechazado la acusación, alegando que es un montaje falso y se trata de una “escenificación”.
“Las tropas rusas abandonaron la ciudad el 30 de marzo. El 31 de marzo el alcalde anunció solemnemente que todo estaba bien. Sin embargo, dos días después vimos cómo se escenificaba después el mismo montaje que ahora intentan utilizar con fines antirrusos”, declaró el canciller ruso Serguéi Lavrov.
El ministro de exteriores de Ucrania, Dmytri Kuleba, pidió una misión de la Corte Penal Internacional que investigara la situación después de “haber hallado” al menos 280 cadáveres en esa ciudad perteneciente a la región (oblast) de Kiev.
Inmediatamente, representantes de países occidentales se manifestaron en rechazo al hecho. Alemania lo ha condenado como un «crimen de guerra terrible». El presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó las imágenes como «insoportables». Y el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó que esos «horribles ataques» son evidencia de crímenes de guerra. Por su parte, Joe Biden, presidente de EE.UU., expresó que Vladimir Putin debería “ser juzgado por crímenes de guerra”.
Por su parte Lavrov, exigió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, porque Rusia considera que esta situación de la fabricación de escenas falsas, es “una amenaza directa a la paz y a la seguridad internacionales”.
El embajador de Rusia en EE.UU., Anatoly Antónov, declaró en una entrevista a la revista Newsweek que en la nación norteamericana, “se oculta deliberadamente el hecho de que justo después de la retirada de las tropas rusas, la localidad de Bucha sufrió un ataque de artillería por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania”. Además, Antónov destacó que, “esto pudo haber llevado a víctimas entre los civiles. De este modo, está claro que el régimen de Kiev trata de incriminar a Rusia por sus propias atrocidades”.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, cuestionó que solo minutos después de haber sido reveladas las imágenes por la Agencia Francesa de Prensa (AFP), jefes de Estado, jefes de Ministerios de Relaciones Exteriores, activistas sociales y ex políticos hicieran declaraciones. “No deja duda de quién encargó la historia”, expresó la diplomática rusa.
Operaciones de banderas falsas para justificar guerras
Las operaciones de bandera falsa o “inside jobs” según el término en inglés, son operaciones encubiertas realizadas por los Estados, organizaciones o corporaciones para que parezcan realizadas por otras entidades. En 1898 Estados Unidos hundió el acorazado USS Maine, matando a sus 260 tripulantes para culpar a España del hecho y justificar la guerra hispano yanqui.
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El 31 de agosto de 1939, los nazis ejecutaron la Operación Himmler, para así invadir Polonia sin necesidad de declaración de guerra.
Entre 1946-1948 el ejército británico bombardeó 5 barcos con judíos que escapaban del holocausto para culpar a los árabes palestinos.
En 1984 Israel plantó un transmisor en el complejo de gobierno de Muamar Gadafi para hacer transmisiones falsas de supuesto apoyo al terrorismo. Inmediatamente después, Ronald Reagan bombardeó Libia.
Aunque no puede catalogarse de operación de falsa bandera, el 5 de febrero de 2003 el entonces Secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, mostraba frente al Consejo de Seguridad de la ONU la “evidencia” de las armas de destrucción masiva que poseía Irak. 8 años de invasión y más de un millón de muertos después, las armas jamás aparecieron.
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La campaña mediática creada desde Occidente en respaldo al discurso de Ucrania y en rechazo a Rusia, incluso con mensajes racistas y de odio, ha sido denunciada en distintas ocasiones por las autoridades rusas, y recientemente una investigación publicada por MintPress News reveló el funcionamiento del complejo entramado propagandístico internacional contra la nación euroasiática.